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BALANCE DE LA CAMPAÑA

El Imserso 'pincha' en Castellón: conoce las causas

El 20% de las plazas disponibles se quedan sin ocupar, pese a que solo había oferta en tres municipios

Llegada de jubilados a un hotel de Peñíscola. Mediterráneo

Las pasadas vacaciones de la Semana Santa fueron una inyección de optimismo para los hoteles de Castellón, después de dos años de enormes dificultades por la pandemia y las restricciones aplicadas a lo largo de todo este tiempo para tener controlada la transmisión del coronavirus. La Pascua del regreso a la normalidad tuvo ocupaciones parecidas a las del 2019, y demostró las ganas de la población de volver a viajar. Pero hay elementos que siguen lejos de repetir un comportamiento previo a la pandemia, como las vacaciones sociales del Imserso.

El retraso a la hora de adjudicar los contratos o las malas fechas elegidas para apuntarse --a mediados de diciembre--, a las puertas de las navidades y en plena oleada de la variante ómicron-- han supuesto un pinchazo en la actividad. Y eso que en esta vez solo había oferta en tres destinos: Peñíscola, Benicàssim y Vinaròs.

El responsable de alojamientos de la patronal turística provincial (Ashotur), Francisco Ribera, indica que en esta ocasión «se han dejado sin cubrir cerca del 20% de las plazas», algo muy distinto a lo que era habitual hasta el 2019, «cuando la demanda era muy superior a la oferta». Había previstas unas 34.000 pernoctaciones, por lo que 6.800 se han quedado sin ocupar. Para Ribera «hay establecimientos en los que la comercialización no ha ido mal, pero está lejos de lo que se esperaba», teniendo en cuenta las expectativas iniciales.

Adelantar cierres

Una muestra del poco tirón que ha tenido el Imserso en este invierno es la decisión tomada por un hotel de Peñíscola. «Había reabierto para alojar a clientes de este programa, pero ha optado por cerrar unas semanas y no volver a abrir hasta el verano», detalla Ribera. Los pocos jubilados que habían reservado serán reubicados en otros negocios de la misma cadena en este destino. Un panorama que se aleja de los objetivos de los hoteleros, que esperaban al Imserso como un balón de oxígeno para los meses previos a la campaña estival.

Además de la escasa demanda, el otro gran problema tiene que ver con los muy ajustados márgenes de precios a percibir por los alojamientos. Francisco Ribera cuenta que el incremento de los costes de la energía y de los alimentos en los últimos meses han supuesto trabajar a pérdidas. «Llegó la inflación y se lo ha comido todo; para un hotel sale mucho más caro tener Imserso que no tenerlo», comenta. Antes del aumento del coste de la vida las patronales del sector ya advirtieron de estas estrecheces, y lograron una mejora del 6,5%, inferior al 8,4% del IPC interanual de abril.

No se descarta que la próxima temporada del Imserso funcione a un ritmo todavía menor. «La operativa está en el aire por el incremento de los costes, hay que ver si el Gobierno permite un cambio en el precio», menciona Ribera. De no ser así, habrá un efecto cadena en forma de cierres anticipados a partir de septiembre.

Castellón Sénior plantea un cambio de su modelo

La Diputación de Castellón creó hace unos años su propio ‘imserso provincial’, que además fue, en mayo del pasado año, el primer programa de vacaciones sociales en volver de la pandemia. Además de todas las circunstancias que han venido a causa de la situación sanitaria, el Castellón Sénior tiene en cuenta la situación de los hoteles, y baraja hacer cambios sustanciales cara al 2023, para evitar que los negocios adheridos trabajen a pérdidas. Por otro lado, el secretario autonómico de Turisme, Francesc Colomer, ha reivindicado en diferentes ocasiones la necesidad de varias los planteamientos del Imserso, al considerar que los bajos precios perjudican a la calidad del sector.

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