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ECONOMÍA

El banco malo se atasca en Castellón y aún tiene 7.800 inmuebles por vender

La Sareb cumple una década y, pese a que cada año comercializa entre 400 y 600 propiedades, aún acumula 2.791 pisos vacíos

Edificio de la calle Dean Martí de Castelló propiedad de la Sareb y que fue tomado por okupas. GABRIEL UTIEL BLANCO

Se le conoce como banco malo, pero su nombre oficial es Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), un organismo fundado a finales del 2012 por imposición de la Unión Europea para absorber los activos inmobiliarios de las diezmadas entidades bancarias españolas y tratar de deshacerse de ellos mediante la venta. Y aunque todavía quedan cinco años para que se extinga (en teoría, lo hará en 2027), en la última década casi todo lo que podía salir mal a la Sareb le ha salido mal. También en Castellón, donde todavía cuenta con cerca de 8.000 activos, casi 3.000 más que cuando se creó, hace justo diez años.

Si a día de hoy la Sareb todavía mantiene en propiedad más de 46.000 viviendas en España y 30.320 parcelas urbanizables, en Castellón los activos disponibles por el banco malo ascienden ala friolera de 7.720, según datos de la propia entidad. Son casi 2.700 propiedades más que las contabilizados en 2013, pero un 25% menos que a finales del 2020, cuando se alcanzó el pico de 9.680.

No todos los activos en poder del banco malo son viviendas. De esas casi 7.800 propiedades, 2.791 son viviendas. Otros 2.245 lo componen garajes y trasteros; 2.266 son parcelas y 410 son locales comerciales, oficinas y naves. Entre todos representan el 30% de la cartera de la Comunitat, integrada por 25.991 propiedades.

La lista de propiedades del banco malo en la provincia todavía es abultada y eso que en los últimos años la entidad ha ido desprendiéndose de pisos, garajes y solares. En 2020 (los datos del pasado ejercicio aún no están cerrados) vendió 394 activos, de los que algo más de la mitad eran viviendas en municipios como Castelló, Almassora, Sant Jordi o Peñíscola. Un año antes la cifra ascendió a 598, mientras que en el 2018 se desprendió de 596 propiedades.

Pero, ¿cómo es posible que la esta sociedad comercialice cada año en la provincia entre 400 y 600 activos y, aún así, no acaba de soltar lastre? La principal explicación radica, según fuentes del banco malo, en que al mismo tiempo que aumentan las ventas aumenta también el número de activos que pasan a ser de su propiedad. De hecho, el 70% de los activos tóxicos que absorbió de los bancos eran activos financieros vinculados al sector promotor. Es decir, préstamos para la construcción de grandes promociones inmobiliarias que en muchos casos nunca llegaron a materializarse o terminarse. Y lo que ha hecho esta entidad ha sido intentar transformar esos préstamos en propiedades físicas, es decir, inmuebles.

2.116 PISPOS EN CONSTRUCCIÓN

Algunas de esas carteras de préstamos han acabado convirtiéndose en inmuebles, por ejemplo, terminando de edificar promociones que llevaban años y años paradas. Y todavía sigue haciéndolo. De hecho, la Sareb tiene en estos momentos 2.116 viviendas en construcción, de las que un total de 806 se concentran en Moncofa. 

Aunque los activos de los que aún dispone la Sareb en Castellón se reparten por más de medio centenar de municipios, hay algunas localidades que concentran el grueso de la oferta. En la capital de la Plana, por ejemplo, el banco malo todavía acumula 1.156 propiedades, mientras que Sant Jordi son 1.099; en Vila-real son 795; en Moncofa 661, en Peñíscola 598 y en Burriana 268. 

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