La Universitat Jaume I de Castelló acogió este jueves el I Congreso y III Seminario Internacional sobre la Violencia Obstétrica, en la que las expertas abogaron por regular esta lacra y por crear casas de partos, unas instalaciones ubicadas en las proximidades de los hospitales.

La diputada por Compromís Mónica Álvaro repasó la regulación en diferentes ordenamientos; en el caso de la Comunitat , la modificación de la ley valenciana de salud 2014 a través de la ley de medidas fiscales supuso la inclusión de medidas para combatir la violencia obstétrica. Reivindicó que que se regule a nivel estatal porque «aquello que no se nombra no existe. Y no nombrarla en nuestros leyes la hará invisible a aquellos que la padecen».

Casas de partos

Por su parte Soledad Carregui, matrona, reivindicó la creación de centros de nacimientos adosados a los hospitales, presente en muchos países europeos--. «Tenemos que sacar el parto normal del hospital con todas las garantías sin renunciar a la calidad y seguridad que puede dar la tecnología», aseveró, porque «seguimos teniendo muchos partos instrumentados, elevadas analgesias epidurales, escasa atención integral y falta de continuidad en cuidados». Carregui recordó que les Corts votaron en el 2020 a favor de una propuesta de ley en pro de su creación en la Comunitat. "Tenemos una partida presupuestaria con una enmienda a la totalidad para hacer el anteproyecto de la primera casa de partos en la Comunitat que se haría en el Hospital de la Plana pero aun no está firmada la licitación de ese anteproyecto", aseveró.

La Plana

Carregui, que también es supervisora de La Plana de Vila-real resaltó que este hospital comarcal es referente a nivel nacional e internacional en buenas prácticas en humanización del alumbramiento. «Tenemos cinco salas integradas, dos con bañera, para un acompañamiento no farmacológico al dolor y, en Atención Primaria, trabajando para empoderar a las mujeres en la fisiología del parto, así como en la formación del personal. «Queremos un acompañamiento a ser posible de matrona por mujer, una oferta de atender al parto respetado desde las necesidades, lo que precisa recursos», indicó. Señaló que es uno de los hospitales con menor tasa de cesáreas de la Comunitat. Es del 16,9%, inferior a la media autonómica del 26%. No obstante antes de la pandemia eran inferiores del 15%.

La tasa de partos instrumentados es del 34,9% y la tasa de episiotomias se sitúa en el 8,4%. Añadió que el 20% de mujeres que acude a dar a luz utiliza el agua en el proceso y un 11% finaliza el parto en el agua. 

Denuncia que todavía hay hospitales que siguen sin permitir que madres y criaturas estén juntas tras el parto, con una regresión en la pandemia.

Carregui señaló que las mujeres tendrán experiencias más positivas y se velará en ellos por los derechos reproductivos con más intensidad. Una casa de partos sería una unidad liderada por matronas, que atiende a mujeres de bajo riesgo, aportando atención psicosocial, con una continuidad de cuidados, asesoramiento en la lactancia, atención 24 horas... "Es un cambio muy sustancial en las prestaciones", defendió. Consideró que este recurso "va a ser una vacuna importante contra la violencia obstétrica".

El parto es nuestro

La intervención de Susana Fernández, presidenta de El Parto es Nuestro, reclama que se escuche a las mujeres y sus experiencias. «Si los cuestionarios se hacen nada más dar a luz con preguntas técnicas, no sirven para valorar la calidad de la atención ni su satisfacción. Con campañas como “La voz es nuestra” queremos reconocer y agradecer las buenas prácticas y reivindicar que se escuche nuestra voz». Y la mesa se ha completado con Purificación Heras, profesora de Antropología Social y directora de la Unidad de Diversidad (UMH), quien ha destacado que el modelo biomédico hegemónico ejerce un innegable control social e ideológico: «Es un reflejo de las relaciones sociales jerarquizadas, asimétricas y autoritarias, y legitimadas jurídicamente. La ciencia nunca es neutra ni universal, la práctica médica tal como la conocemos es una construcción cultural y, por tanto, es modificable. La evidencia científica más actualizada nos ha demostrado que es posible hacer las cosas de otra manera, e incluso antes de hacer algo a veces hay que plantearse si es mejor no hacer».