Luis Enrique Buritaca y su mujer vienen todas las semanas desde Segorbe a Castelló a hacer cola para pedir cita para el asilo. «Estamos recién llegados. No tenemos trabajo para pagar el transporte de tren y autobús. Es un viaje muy largo. Desde el jueves nos toca venir a dormir acá y aguantar frío para poder esperar a coger la ficha para que no nos saquen del puesto, porque el que no esté lo sacan de la lista. Si pueden, que se acomode de otra manera. En este momento estamos en el puesto siete y quién sabe cuántos van a bajar y si nos va a tocar seguir viniendo».