Castellón no existe fuera de Europa. La oferta turística de la provincia aún no ha logrado sumar adeptos de fuera del viejo continente, pues apenas representan el 5,5% entre los visitantes extranjeros llegados a esta zona.
Así lo refleja el último estudio del Instituto Nacional de Estadística elaborado a partir de los datos que aportan los teléfonos móviles, los cuales señalan que durante el pasado mes de abril Castellón recibió 44.371 turistas internacionales, de los que 41.947 procedían de dentro de Europa, el 94,5%.
El informe apunta que del resto de continentes apenas procedieron 2.424 personas, menos de una de cada diez. Por orígenes, 1.020 vinieron desde América --518 de Sudamérica y 462 de América del Norte--, mientras que 807 lo hicieron desde África y 587 desde Asia. Y es que el mercado nacional sigue siendo el principal para el territorio castellonense, aunque el estudio confirma que en el exterior los países con más peso son todos europeos.
Dentro de la Unión Europea, sin tener en cuenta a España, Francia encabeza la aportación de turistas dentro del sector turístico provincial, con el 21,3% de los visitantes, unos 9.488 durante el mes pasado. Le sigue Alemania, con el 13% y 5.790 personas, y Países Bajos, con 4.689 y el 10,5%. Mención también para Portugal y Reino Unido, ambas entre los 3.300 y 3.400 turistas y el 7%. Destacan además Italia, Bélgica y Suecia.
Destino de los castellonenses
A la contra, los castellonenses que viajan al extranjero sí que apuestan cada vez más por destinos internacionales y situados fuera del continente. Es el caso de América, pues aunque Europa se mantiene todavía como la opción mayoritaria (88,11%), hasta el 6,67% de las personas que salen eligen América. Más residuales resultan África, Asia u Oceanía, no registrando apenas movimientos en este último caso.
Si se tiene en cuenta la duración de los viajes, los extranjeros que vienen a Castellón permanecen aquí entre ocho y diez días de media, mientras que a la inversa, los locales que viajan, se quedan en su destino unos cuatro días en Europa y hasta nueve cuando se desplazan hasta América. Una cifra que en prácticamente todos los casos ha descendido una media de dos jornadas desde la irrupción de la pandemia.
