Comprar una vivienda es el mayor esfuerzo económico al que se enfrenta cualquier familia. Y en el último año la cuesta financiera que supone acceder a una casa en propiedad ha sido todavía más empinada, sobre todo para los jóvenes. Salarios y precios han evolucionado de forma arrítmica en Castellón hasta el punto de que durante el 2021 los primeros han aumentado un 1,5% mientras que el coste de los pisos ha crecido algo más, un 2,3%.
El portal inmobiliario Fotocasa y la plataforma Infojobs presentaron ayer el estudio Relación de salarios y la compra de vivienda en 2021 y las conclusiones son claras: mientras que los salarios medios de las ofertas de empleo en Castellón pasaron de 23.431 euros a 23.773 (un alza del 1,5%), los precios de los pisos de segunda mano aumentaron más: de los 1.096 euros por metro cuadrado en 2020 a los 1.121 euros del año pasado.
El acceso a la vivienda es cada vez más difícil pero Castellón no es, ni de lejos, la provincia española donde la relación entre precios y salarios es más desigual. En Málaga, por ejemplo, la vivienda cuesta 9% más que en a finales del 2020 mientras las retribuciones de los trabajadores han menguando un 3,9%. Y en Alicante ocurre algo similar: los pisos son 2,1% más caros y los sueldos, en cambio, hasta un 2,8% más bajos.
Mayor brecha por la inflación
El informe analiza también la evolución de los salarios y del precio de la vivienda desde el 2016 y lo hace por comunidades autónomas. Así, en el territorio valenciano los salarios de los trabajadores se han incrementado un 6,9% mientras que el precio de la vivienda en venta ha subido un 12,5%. De esta forma, los ciudadanos de la Comunitat han pasado en cinco años de afrontar un coste medio de 1.1.287 euros por metro cuadrado a pagar 1.437 euros en 2021, mientras que los salarios medios han pasado de los 21.679 euros al año a los 23.171.
María Matos, directora de Estudios Fotocasa, asegura que el informe presenta claramente cuál es la gran problemática del acceso a la vivienda. «Los salarios y el precio de los inmuebles no se han incrementado al mismo ritmo y ese desequilibrio ha ocasionado que los ciudadanos tengan que realizar un mayor esfuerzo para poder hacer frente a la compra de una vivienda», explica. Matos avisa de que un contexto de inflación desbocada, «la brecha podría incrementarse más, al encarecer el precio de los inmuebles y rebajar la renta disponible de los hogares si pierden poder adquisitivo por el alza del IPC». Y quienes más lo sufrirán son los jóvenes, cuyos niveles de emancipación no dejan de retroceder y suponen el 14% .
