Los dispositivos GPS, esos que ayudan en el día a día a millones de conductores de todo el mundo a llegar a sus destinos, llevan a una trampa fatal a decenas y decenas de camioneros y sus vehículos de gran tonelaje que pasan por un punto de la provincia de Castellón, que han sufrido las consecuencias de uno de los errores a los que los actuales navegadores instalados en el móvil nos llevan si seguimos al pie de la letra sus indicaciones sin hacer caso de otro tipo de señales que nos evitarían el apuro de vernos atrapados en un callejón sin salida.

Los camioneros que han tenido que hacer el acceso a Vila-real para cumplir con sus encargos saben bien de lo que hablamos, ya que en este municipio de Castellón se encuentra uno de los puntos negros a los que nos aboca el Google Maps, el navegador de uso más extendido no solo para el conductor estándar, sino también para los profesionales del volante.

Imagen de uno de los vehículos de gran tonelaje que se encalló en el cruce de la calle Sedenyet de la Democràcia y camino Fornets. JOSEP CARDA

El problema, según ha explicado desde la Policía Local de Vila-real, se origina cuando los camioneros que llegan desde áreas industriales de municipios vecinos acceden a la calle Ermita cruzando el puente que salva el río Millars, siempre siguiendo las indicaciones del GPS. Y, al llegar a la calle Sedenyet de la Democràcia (junto al cementerio municipal), les indica que giren a la derecha en dirección a la carretera de Onda, en busca de alguna de las decenas de empresas que se ubican en este vial. La cuestión es que se topan de frente con las paredes de fincas que lindan con el camino Fornets que les impiden continuar. al indicarles un acceso concreto que les lleva toparse con un camino estrecho que les impide maniobrar hacia adelante, lo que les obliga a regresar marcha atrás nada más y nada menos que durante un larguísimo tramo de 500 metros.

Refuerzo de la señalización

Y esta situación se produce, incluso, pese a que el Ayuntamiento instaló meses atrás un cartel informativo en el que se advierte de la prohibición de circular vehículos de más de 3.500 kilos por la calle Sedenyet de la Democràcia. El resultado de ignorar la señalización y seguir haciendo caso al GPS es la caída en una trampa de difícil salida, la rotura de muros al quedarse empotradas las cajas de los camiones y la correspondiente multa por circular por un vial de tráfico restringido.

Con todo, fuentes del cuerpo de seguridad municipal inciden en que “se estudiará reforzar más la señalización, porque mucho más no se puede hacer”. Asimismo, descartan colocar lo que popularmente se llama una portería, que impediría a los vehículos de gran tonelaje que accedieran a esta calle. “Es complicado aplicar esta medida porque también se dificultaría el tráfico de camiones que circulan por aquella zona y otros caminos en la temporada de la recolección de la naranja”, explican.

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Galería: El GPS tiende una trampa a los camioneros en un municipio de Castellón Josep Carda

Y, ¿porqué el GPS les lleva a una trampa?

Las mismas fuentes apuntan que el motivo principal por el que los camioneros se meten en esta trampa es porque “solo en algunos dispositivos de GPS se da la opción de discriminar si se conduce un coche o un camión, lo que evitaría que los transportistas se colaran en su intención de salir hacia la carretera de Onda”. Y añaden: “Lo habitual hoy en día es que utilicen el navegador de Google y este no permite seleccionar si se conduce un turismo o un vehículo grande”.

Aun así, insisten en que el cartel informativo se instaló en la calle Ermita para evitar estas confusiones. Un cartel que, incluso, va acompañado de un código QR que permite visualizar las alternativas que tienen los camioneros para salir a la carretera de Onda.