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Agricultores de Castellón tiran la naranja tardía ante unos precios "de miseria"

Algunos productores de Castellón de las variedades citrícolas más tardías han optado por deja la fruta en el árbol ante los bajísimos precios que les ofrecen. MANOLO NEBOT ROCHERA

La campaña citrícola empezó mal y acabará todavía peor. La temporada encara su recta final y lo hace con precios de miseria, que ni de lejos cubren los costes de producción. La situación es tan crítica que algunos productores de Castellón han optado por dejar la fruta en tierra porque no les resulta rentable comercializarla.

Roberto Vicent, citricultor de la Vilavella y responsable del sector citrícola de la Asociacición Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja) en la Plana Baixa, es uno de los llauradors la provincia que esta campaña ha optado por no vender la fruta. «La variedad ortanique no la he recolectado. No hay demanda y los precios son una miseria, así que he optado por dejarla en tierra», explica. 

Las poquísimas operaciones de compraventa de esta variedad de mandarina tardía que se cierran lo hacen a precios que oscilan entre los 6 y los 7 céntimos el kilo, una cantidad que está a años luz de cubrir lo que cuesta de producir, que asciende a unos 25 céntimos. «La ortanique este año ha funcionado muy mal. La demanda internacional se ha desplomado y, con ella, los precios», apunta Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradors i Ramaders.

Demanda paralizada

La mandarina ortanique está tocada y hundida pero a las naranjas Valencia no les va mucho mejor. «Los precios son un desastre. La lane late, por ejemplo, se paga por debajo de los 15 céntimos y hay agricultores que prefieren dejarla en el árbol», describe Víctor Viciedo, presidente de la Associació de Llauradors Independents de Vila real (ALIV), quien apunta que las variedades tardías se han visto afectadas por una tormenta perfecta. «Egipto exporta cada vez más cítricos y Turquía ha desviado parte de la fruta que antes vendía a Ucrania y Rusia hacia la Unión Europea Y, para colmo, la demanda de naranjas se ha frenado en seco», cuenta.

Los productores hablan de desastre y la mayoría ya mira de reojo la próxima campaña. «Si la temporada que viene los precios no mejoran esto no se va a poder aguantar. Y encima los costes para tratar la plaga del cotonet se han disparado», sentencia Vicent. 

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