El Periódico Mediterráneo

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Entrevista del domingo Juan José Sánchez Presidente de la Federación Mediterránea de Estaciones de Servicio (Fedmes) y de la Asociación de Estaciones de Servicio de Castellón

«Nadie sabe cuánto tiempo más la gasolina estará por encima de los dos euros»

Juan José Sánchez. MEDITERRÁNEO

Ir a una gasolinera y llenar el depósito hace meses que resulta prohibitivo. Y quienes gestionan buena parte de las estaciones de servicio de Castellón, la mayoría pequeños y medianos empresarios, aseguran que también son víctimas de la subida sin precedentes del precio del combustible. Juan José Sánchez, empresario de la Vall d’Uixó y presidente de la Federación Mediterránea de Estaciones de Servicio (Fedmes) así como de la Asociación de Estaciones de Servicio de Castellón, repasa en esta entrevista las claves de un sector integrado en la Comunitat por 1.200 gasolineras, 800 pymes.

--Los precios del combustible siguen sin dar tregua. Esta semana, por ejemplo, se ha batido un nuevo récord (el enésimo) y en muchas estaciones de servicio el gasóleo y la gasolina se sitúan por encima de los dos euros. ¿Hasta cuándo vamos a tener que soportar esos precios tan altos? ¿Por qué los precios no dejan de subir?

-Esa es la pregunta que nos hacemos todos, pero nadie sabe con exactitud cuánto tiempo va a prolongarse esta situación tan anómala y tan dañina. Sobre las causas, la guerra de Ucrania es uno de los motivos principales, pero nosotros no podemos saber el conjunto de causas a ciencia cierta. Los gasolineros ni tenemos pozos de petroleo ni refinamos el crudo. Compramos combustibles listos ya para vender a nuestros clientes en las estaciones y el precio al que lo compramos es muy caro.  

--¿Cómo la afecta a un sector como el de las gasolineras que los precios estén tan altos? 

--El nuestro es un negocio de volumen y, con precios altos, la demanda baja. Y a menos ventas, menos ingresos. Si a ello le añadimos que hemos atravesado por confinamientos y límites a la movilidad a causa de la pandemia, desde 2019 no hemos vivido un año que pudiera considerarse normal. El sector lo está pasando mal. 

--A menudo se responsabiliza a las estaciones de servicio del precio tan alto del combustibles y no se tiene en cuenta que casi la mitad son impuestos. ¿Le parece que ese porcentaje es excesivo?

-Los consumidores suelen desconocer que a los combustibles se les aplica una doble imposición: el IVA del 21% del producto se calcula sobre un total que incluye el Impuesto Especial de Hidrocarburos (IEH), que, como su nombre indica, es un impuesto. Así, los clientes pagan el IEH y, además, el IVA aplicado sobre ese mismo impuesto. Y a mayor precio del producto, más ingresos para el Estado. Suele decirse que estamos en un rango bajo respecto a otros países de Europa, pero la comparación debería realizarse teniendo en cuenta la situación económica de cada país, el salario medio... Creemos que hay margen para reducirlos. 

--Para intentar amortiguar el golpe, el Gobierno puso en marcha el 1 de abril un bono descuento de 20 céntimos. El sector criticó duramente la medida, al entender que hubiera sido mejor, por ejemplo, aplicar una rebaja en el IVA. ¿Siguen manteniendo que el descuento no es la mejor fórmula?

- En realidad es una bonificación y no un descuento. Hay una diferencia tanto en el trato fiscal de los beneficiarios como en cómo se aplica en la contabilidad, y ese fue uno de los grandes problemas operativos que sufrimos y que nos ha supuesto sobrecostes. Desde el principio señalamos que estábamos a favor de fórmulas que pudieran beneficiar a los clientes, pero esta nos parece la peor solución. Había otras alternativas, como la rebaja del IVA al 10%, como sí se ha aplicado a la tarifa eléctrica, pero el Gobierno no lo consideró, no habló con el sector y publicó el RDL 6/2022 apenas 40 horas antes de su entrada en vigor.  

--Han pasado ya dos meses y medio desde que entrara en vigor el bono-descuento y desde el principio el sector denunció retrasos en los cobros de los anticipos. ¿Están al corriente de los pagos?

-Más o menos, de forma general, se van ingresando los anticipos o las bonificaciones aplicadas, pero seguimos teniendo que adelantar durante un tiempo un dinero del que, en ocasiones, no disponemos. Esta medida ha supuesto un estrés y una tensión de tesorería innecesarios para las pymes y autónomos del sector. 

-- El Gobierno ha anunciado que el descuento se ampliará más allá del 30 de junio. ¿Qué le parece la decisión? 

- De momento lo que tenemos son anuncios que nos han llegado a través de los medios de comunicación y debates sobre si la bonificación debe ser carácter general o selectiva. En cualquier caso, al sector siguen sin preguntarnos. Nos tememos que vamos a tener que esperar al BOE, de nuevo, para ver qué se decide, pese a que somos colaboradores del Gobierno, según recoge el RDL aún en vigor. 

-- La Generalitat Valenciana ya ha puesto a disposición del sector 50 millones de euros al 0% de interés para cubrir la bonificación del Gobierno. ¿Es suficiente? 

- La Generalitat ha actuado como podía, según sus competencias, habilitando un vehículo para ayudar a las pymes del sector en la Comunitat a través del IVF. Estamos agradecidos por la sensibilidad mostrada con los pequeños negocios y autónomos que regentan muchas estaciones de servicio. 

--Desde que entró en vigor el descuento los precios de la gasolina han continuado al alza y algunas voces han acusado al sector de especular. ¿Ha habido prácticas irregulares?

--En primer lugar, habría que ver de forma amplia el sector. Como comentaba anteriormente, nosotros compramos gasolina o diésel, por ejemplo, para revenderlo a nuestros clientes. Ni tenemos petróleo ni refinamos. Somos un comercio y el producto que nos llega para vender está muy caro. 

--En los últimos años han proliferado en Castellón las gasolineras low cost, que comercializan a combustible a precios algo más económicos. ¿Cree que su peso va a seguir aumentado? 

-Creo que la reflexión que deberíamos hacer, más allá del modelo de negocio, es si hacen falta tantas estaciones de servicio. En España hay unas 12.000 y la competencia es buena, pero no olvidemos que no es lo mismo desmantelar una gasolinera que cerrar otro tipo de comercios. Aquí no se trata de bajar la persiana y ya está, es mucho más complicado. Además, en el horizonte aparece un futuro multienergético y no todas las estaciones los van a poder ofrecer porque las inversiones son elevadísimas. El futuro es muy incierto. =

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