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ECONOMÍA

El aguacate de Castellón vive sus horas más bajas por la invasión de fruta extranjera

Perú inunda de fruta los súper mientras el cultivo de la provincia se queda en el árbol

La superficie cultivada de aguacates se ha multiplicado en los últimos años en Castellón. VICENT M PASTOR

Es considerado el oro verde de la agricultura, pero esta campaña va camino de dejar de brillar. El aguacate, la apuesta de decenas de agricultores de Castellón que han visto en este cultivo una alternativa rentable a la producción de cítricos, se encuentra inmerso en una inesperada crisis. Y todo por culpa de la invasión de fruta foránea, que está provocando que una parte importante del aguacate autóctono se quede en el árbol.

Al igual que le sucede a la naranja, el culpable de las desgracias del aguacate de Castellón se encuentra a miles de kilómetros. Pero si en el caso de los cítricos es Sudáfrica quien domina los mercados europeos, ahora la competencia es Perú. «Las grandes cadenas de distribución han comprado masivamente aguacate peruano, que es de mucha peor calidad que el producido en la Comunitat, y el nuestro está en el árbol», denuncia Víctor Viciedo, presidente de l’ Associació de Llauradors Independents de Vila-real (ALIV).

Para los grandes operadores el negocio es redondo. Según explica Viciedo, compran el aguacate peruano a once céntimos y, a través del puerto de Róterdam, los distribuyen por todos los supermercados de Europa, incluidos los de Castellón «El consumidor tiene que saber que la fruta que compra en cualquier establecimiento y que le cuesta más de 4 euros es de Perú», explica el presidente de ALIV que lamenta que la sobreoferta de este tipo de fruta es tan grande que el aguacate valenciano no tiene salida.

Precios que no cubren costes

Buena parte del aguacate de Castellón sigue en el árbol y quienes han tenido la suerte de vender la fruta lo han hecho a precios muy bajos. «Hay agricultores que han logrado vender la cosecha y lo han hecho a unos 0,70 euros el kilo. Es una cantidad ridícula, sobre todo si se tiene en cuenta que el año pasado, cuando esa sobreoferta no existía, el precio estaba en unos 3,50 euros», describe Viciedo, cuya asociación está negociando con la empresa Socomo, la filial hortofrutícola del grupo Carrefour, un contrato para dar salida a todo el aguacate valenciano que todavía se encuentra por recolectar.

La situación por la que atraviesa la fruta de moda preocupa también a la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja). A través de la Asociación de Productores de Aguacate (Asoproa) ha hecho un llamamiento a la unidad del sector para «llevar a cabo urgentemente una estrategia capaz de diferenciar el aguacate español frente al tsunami de importaciones foráneas, dando a conocer a los consumidores europeos sus ventajas, como la menor huella de carbono, la cercanía, la frescura, la calidad y la seguridad alimentaria».

Celestino Recatalá, presidente de Asoproa asegura que «el sector del aguacate se encuentra en un momento crucial. Hasta ahora había excelentes expectativas comerciales, pero en esta campaña los precios han ido a la baja porque el crecimiento de la producción prevé superar al de la demanda. Nos tenemos que preparar desde la unión y la gestión inteligente», defiende.

282 hectáreas en Castellón

El aguacate autóctono vive horas bajas y en Castellón su producción e ha multiplicado en apenas unos años. En los últimos cinco año, la superficie dedicada a este cultivo ha pasado de 18 a 282 hectáreas, según datos de la Conselleria de Agricultura. En el conjunto de la Comunitat Valenciana las hectáreas superan las 2.800 hectáreas y la producción ronda las 4.000 toneladas de fruta anuales. Unas cifras que crecerán más. «Hay muchas fincas que empezarán a producir en dos o tres años y que no van a tener salida si no hay una solución a la masiva llegada de fruta de fuera», avisa Viciedo.  

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