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ECONOMÍA

La sangría sigue: Castellón pierde 10 comercios al mes

En el ultimo año 117 autónomos del sector bajan la persiana y desde el 2010 han desaparecido un millar

Una mujer pasa frente al escaparate de una tienda de la calle Alloza de Castellón con el cartel de 'Se alquila'. Frank Palace

Persianas bajadas. Escaparates con carteles donde aparece un Se vende o un  Se alquila... No hay imagen más triste para una calle que la de una tienda que cierra. Y la realidad es que la crisis del comercio tradicional primero y la pandemia después han convertido los locales vacíos en un decorado más que habitual. Tanto que solo en el último la provincia ha perdido 117 negocios dedicados al comercio minorista. O dicho de una manera más clara: una media de diez al mes.

Los datos que maneja el Ministerio de Seguridad Social vienen a confirmar lo que es más que palpable con solo dar una vuelta por algunas de las calles más comerciales de Castelló, Burriana, Vila-real o Vinaròs. La provincia cerró el 2021 con 6.267 autónomos del sector del comercio minorista, un 1,5% menos que en diciembre del 2020, cuando los profesionales que se dedicaban por cuenta propia a esta actividad eran 6.384. El problema es que llueve sobre mojado y si se comparan los datos de ahora con los de hace once años, el roto aún es más grande: desde el 2010 han bajado la persiana 1.014 establecimientos.

Aunque buena parte de los cierres han tenido lugar en la capital (solo en los últimos dos años en el centro de Castelló han bajado la persiana medio centenar de establecimientos), de la sacudida que sufre este sector no se libra prácticamente ningún municipio. «La situación del pequeño comercio sigue siendo delicada y en Burriana, por ejemplo, están a punto de cerrar dos o tres locales que llevan años abiertos al público y que ya no pueden aguantar más», describe Susana Ibáñez, presidenta de la Federación de Comercio de Burrriana, una entidad que aglutina a más de un centenar de locales y que a lo largo del año lleva a cabo una batería de iniciativas para fomentar las compras.

Comercio cerrado en la calle Enmedio De Castelló. Frank Palace

Aunque el origen de los males del comercio tradicional viene de lejos, la realidad es que la pandemia asentó un duro golpe a un sector que en Castellón emplea a 21.547 profesionales. De hecho, y según datos del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie), el freno económico causado por el covid supuso para los establecimientos de la Comunitat unas pérdidas de 2.070 millones de euros, la cifra más alta después de la hostelería, y el cierre de uno de cada cinco locales.

Costes por las nubes

Con el punto y final a las restricciones el comercio cogió la primera bocanada de aire tras meses aguantando la respiración, pero ahora se enfrenta a otro problema: la subida sin freno de los precios de la energía y de las materias primas. «Los costes a los que se enfrenta nuestra actividad cada mes muy elevados y, además, con el alza de los precios las familias han reducido el consumo de aquellos bienes que no son esenciales, con lo que muchos segmentos se han resentido», dice Tere Esteve, secretaria general de la patronal Covaco Castellón-Confecomerc.

El diagnóstico está claro ( el auge de la venta on line también es un factor decisivo del declive del sector), y quienes están al frente de las tiendas insisten en que las administraciones tienen mucho que decir. «Tanto el Gobierno como la Generalitat o los ayuntamientos tienen que reaccionar y darse cuenta de que este sector juega un papel determinante. Tienen que poner en valor el comercio de proximidad que paga impuesto y garantiza que la población esté abastecida», argumenta Esteve.

Bonos para activar el consumo

Y, ¿qué medidas proponen los comerciantes? Confecomerç cree que una de las claves pasa por incentivar el consumo a través de bonos comercio, una fórmula que ayuntamientos como el de Castelló ya han puesto en marcha en alguna ocasión. «De lo que se trata es de incentivar el consumo y también hacer atractivo el sector para los jóvenes, ya que la realidad es que el relevo generacional es prácticamente cero y, a menudo, se cierra tiendas por jubilación que son rentables», añade la responsable de Covaco Castellón.

Los carteles de 'Se alquila' son habituales en el centro de la ciudad de Castelló. Frank Palace

El alza de los costes supone el último golpe para una actividad que representa el 12% del PIB en la Comunitat y los comerciantes creen que lo peor llegará en septiembre, cuando los expertos prevén que la situación se va a volver complicada por la inflación.  

La actividad pierde negocios pero el empleo asalariado sigue creciendo


Hay que dice que el pez grande se come al pequeño. Un refrán que refleja muy a las claras la situación por la que atraviesa el sector comercial en Castellón. Así, mientras que la cifra de autónomos va claramente a la baja, quienes trabajan en el sector por cuenta ajena cada vez alcanzan un número más elevado.

La estadística del Ministerio de Seguridad Social revela que junto a los 6.267 profesionales por cuenta propia con los que cuenta el comercio minorista en la provincia hay otros 15.280 que trabajan como asalariados, fundamentalmente en grandes superficies y franquicias. Además, los afiliados al régimen general han aumentado en 465 en el último año y ya superan incluso los contabilizados durante el 2019, antes del inicio de la pandemia. 

El alza de trabajadores en el sector se explica por el buen comportamiento de las contrataciones, que durante el año pasado crecieron un 28%, más que la media de la Comunitat.


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