José Luis Úbeda, un castellonense de 49 años, cruzó el charco en busca de un futuro mejor. Su primera parada fue Ecuador, país de su entonces esposa, donde acudió con sus dos hijas, pero el destino no ha sido precisamente amable con él. Hoy se encuentra “malviviendo” en la República Dominicana y pide ayuda a sus conocidos de la provincia para regresar. 

Su calvario comenzó el 15 de diciembre del 2015. Fue entonces cuando la crisis inmobiliaria le obligó a hacer las maletas. “Tenía un pequeño negocio, pero cuando la situación se hizo insostenible decidí instalarme en Ecuador con mis hijas y la que era mi mujer porque ella tenía casa allí y al menos en Quito no teníamos que pagar alquiler”, recuerda.

Al ser cocinero comenzó a trabajar en un restaurante de Ecuador y tras separarse de la que era su mujer conoció a una dominicana de la que se enamoró. Al perder el trabajo decidieron ir juntos a la República Dominicana, pero la aventura no salió como él esperaba: “Mi pareja me estafó; me dejó sin dinero, sin ropa y sin documentos. Me hizo todas las perrerías que se puede uno imaginar y me costó levantar cabeza, pero entonces llegó el covid, que aquí ha sido catastrófico y me acabó de rematar. Por las noches me hincho a llorar”.

Imagen del castellonense que busca ayuda desesperada tras cruzar el charco hace siete años.

Afirma José Luis que durante la pandemia el sector turístico de su país de adopción obligó a muchos negocios a cerrar: “Dejaron de pagar, así que me quedé sin trabajo y sin posibilidad de conseguirlo; desde entonces mi vida es una debacle. He llegado a dormir en la calle a pesar de que aquí estando solo de noche me juego la vida y cuando puedo me quedo en una pensión en la que duermen prostitutas, traficantes y delincuentes”. El calvario de este castellonense le ha llevado a lanzar un grito de auxilio en este periódico porque según admite “ya no puedo aguantar más esta situación. Aquí son las dos de la tarde y aún no he comido; no sé si hoy voy a poder comer”, lamentaba.

El cocinero espera recibir la ayuda que solicita de alguien que lea este artículo: “Perdí el móvil y no sé dónde buscar los amigos que tenía cuando vivía en Castelló. Allí estudié en la antigua Normal de la Calle Herrero de Castelló y conozco a mucha gente con la que hoy no puedo contactar, así que si me quieren echar una mano pueden buscarme en Facebook por José Luis Úbeda Sampayo Úbeda o en el teléfono +1-809-757-0590. Para ellos igual 50 euros no son mucho pero a mí me hacen un hombre”.

El castellonense, que lamenta no haber recibido ayuda alguna por parte de la Embajada Española en la República Dominicana, está dispuesto a aceptar un contrato de trabajo en la hostelería en Castellón si le sufragan el vuelo de vuelta: “Si alguien necesita un chef me podría ayudar y luego trabajar para él. Espero que alguien se apiade de mí porque mi familia bastante ha hecho ya”. 

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