De no haber alguna circunstancia inesperada que lo evite, la cuesta de septiembre puede ser de las más empinadas de los últimos tiempos. Los habituales gastos ligados al regreso a las aulas irán acompañados de una inflación que, en Castellón, está claramente por encima. Si en el conjunto de España es del 10,2 interanual, en la provincia alcanza el 11,5%. Donde no hay diferencias es en el principal culpable de este incremento del coste de la vida: la energía, con una especial atención a los carburantes, luz y gas. Un coste que sufren casi todo tipo de empresas, y que repercute en un encarecimiento generalizado.
Una situación que tampoco ayudará a sobrellevar el chaparrón es el incremento de los tipos de interés. No por esperada es menos dolorosa, pero la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de incrementar en medio punto los tipos de interés, la mayor subida de los últimos 22 años, tendrá un impacto directo en las hipotecas.
El principal indicador, el euríbor, ya se sitúa por encima del 1%, por lo que el dinero que se destine a cubrir las cuotas mensuales no se podrá destinar a otros actores de la economía. Una menor capacidad de consumo que puede derivar en un incremento del paro, aunque podría quedar solventado en parte a finales de año, con las tradicionales fiestas navideñas.
Otras señales
Tanto los indicadores macroeconómicos como los índices de confianza señalan una evolución a la baja, aunque hay elementos a tener en cuenta. Uno de ellos es que pese a las dificultades no se espera un escenario de recesión. Tanto la Comisión Europea como otros organismos indican que las previsiones de crecimiento bajan, pero la economía seguirá en números positivos. El 2021 hubo un crecimiento del 5,1%, y se espera que en el 2022 sea del 4%. Para el 2023 la estimación es del 2,1%.
