Las Consellerias de Educación y Universidades aseguran que la nueva selectividad no rebajará el nivel de exigencia. En cambio, el Consell d’Estudiants de la UJI teme lo contrario, que se rebaje el nivel. Y en la comunidad educativa, los directores y padres de la pública respaldan la propuesta. En cambio, la católica demanda un modelo común a todo el estado.

El nuevo modelo, que girará en torno a una prueba de madurez académica y menos exámenes específicos, fue presentado el miércoles a las comunidades autónomas. Desde la administración autonómica resaltan que es importante que se haya presentado un calendario gradual de aplicación, que permitirá que en el curso 203/24 todo el profesorado tenga integrado todo el nuevo sistema de evaluación de la Ebau, que no rebaja la exigencia de conocimientos sino que la adapta a la nueva concepción de las metodologías de la enseñanza. No obstante, y aunque valoraron de forma positiva el documento presentado, señalaron que tienen que valorarlo en profundidad.

Un modelo único a todo el Estado

Por contra, el presidente del Consell d'Estudiants de la Universitat Jaume I, Alejandro Sanz Sobrino, señaló que "esta nueva prueba de selectividad busca cargarse completamente la meritocracia y deja la prueba con muchísimo menos nivel, lo que conlleva que los alumnos van a entrar en las carreras y no se van a ver en hora buena para llegar al nivel que se exige". Esto, apunta, "a la larga conllevará que se rebaje el nivel de los grados, por tanto baje la preparación de los egresados y, esto tiene consecuencias en el mercado de trabajo porque la gente no está igual de preparada". "Es una barbaridad que no exista una Ebau única para todo el territorio, cuando una vez tienes la Ebau puedes entrar a cualquier universidad de España. No tiene ningún sentido que cada comunidad haga su prueba, que puede ser más fácil o difícil, y esto es intolerable", apunta Sanz, que pidió al Ministerio que se lo replantee.

Precisamente, el presidente de Concapa Castellón, Antonio Rodríguez, coincide con esta propuesta: "Si pretendemos que los estudiantes puedan acceder a cualquier universidad de todo el Estado español no podemos hacerles pruebas de accesos distintos, porque se genera una brecha importante y difícil de poder solucionar", señaló.

Formación docente

Por contra desde la Confederación Gonzalo Anaya, que aglutina a las AMPAS de Castelló, València y Alicante, Rubén Pacheco, hizo una valoración positiva aunque demandó más formación para el profesorado. Así, indicó, "este cambio en el Ebau es una consecuencia lógica de los cambios que promueve la LOMLOE. Un cambio tan profundo a las metodologías como el que plantea la nueva ley sin un cambio en consonancia a los métodos de evaluación habría sido del todo incomprensible", señala.

"Tenemos que exigir que haya una formación docente adaptada a la nueva manera de enseñar y aprender, estamos ante un cambio de mirada muy profundo y que por lo tanto, requiere nuevas prácticas docentes (abandonar la clase magistrales tradicional del bachillerato y la memorización de contenidos). Esto, tan positivo, requiere preparación docente, clave para el éxito de este modo de enseñar y evaluar más centrada en destrezas, habilidades, competencias óptimas para el desarrollo personal y académico de nuestras hijas e hijos", señaló el presidente de la Gonzalo Anaya.

Por lo tanto, "la formación docente es imprescindible, así como la supervisión de las programaciones de aula en la ESO y en el Bachillerato", apuntó Pacheco.

Frente a la lógica preocupación porque nuestro sistema educativo se encuentra anclado en la metodología tradicional y costa cambiar las prácticas, confiamos plenamente en la profesionalidad de nuestros docentes que estarán a la altura de implementar estas metodologías referentes a otros países del mundo que encabezan PISA.

Consell de la Joventut de Castelló

Desde el Consell de la Joventut de Castelló valoran el cambio positivo siempre que, tal como apuntan las primeras pinceladas, sea un avance hacia un modelo de Selectividad mucho más práctico y competencial.

Directores

El presidente de la asociación de directores, Toni González, también hizo una valoración positiva porque es un acceso más adaptado a las circunstancias del siglo XXI, se pasa de 5 pruebas a 4 en el 2023/24 24/25 y 25/26 para en el 26/27 tener solo dos pruebas en la fase general. "Esta prueba más genérica, donde el alumno podrá expresarse en castellano, valenciano o inglés, con preguntas abiertas, cerradas y semiabiertas en las 3 lenguas, para demostrar su competencia adquiridas", indicó. Ello indicó permitirá que las universidades vean los aprendizajes competenciales adquiridos. En la fase general cuando al alumno se le presente una temática científica, humanística o social y haya de resolver una investigación, tarea o ejercicio con las herramientas que ha trabajado en el centro deberá dar una respuesta. Al haber un cambio no sabes los resultados, pero este curso habrá un pilotaje para ver cómo evoluciona la prueba y se implantará en el 23/24, y analizar las mejoras a realizar. "El acceso a la Universidad se le debía dar una vuelta porque muchas veces hacemos ejercicios que ya conocemos y lo que queremos es que el alumno sepa con los instrumentos del centro dé respuesta a una prueba planteada de algo que no ha visto nunca", apuntó.

Más plazas y más becas y menos selectividad

Por su parte, el sindicato STEPV considera que modificar el modelo de Ebau no es suficiente, puesto que habría que ampliar las plazas de las universidades públicas porque todo el alumnado que supera el bachillerato y quiere acceder a los estudios universitarios lo pueda hacer y, así, eliminar un sistema de pruebas que vuelve a evaluar el que ya se ha evaluado durante el bachillerato.

"Todo sistema de selección y filtraje del alumnado limita las posibilidades de este a ver satisfechas sus aspiraciones académicas, especialmente para el alumnado con menos posibilidades económicas para poder hacer frente a los gastos que supone financiar sus estudios. En ese sentido, habría que garantizar un sistema de becas lo más universal posible para poder satisfacer estas expectativas.

En cuanto al profesorado que se implica en las pruebas de las Ebau demanda una mejora de sus condiciones laborales para que este proceso no suponga una sobrecarga de trabajo. Estas condiciones pasan por una formación del profesorado, una reducción de horas lectivas, una bajada de ratios y dotación de recursos en los centros. En resumen una mayor dotación económica del presupuestos del Estado para la educación, concluyen.