La crisis energética agravada por la guerra en Ucrania y el temor a que la inflación se mantenga en cotas elevadas durante meses pasan factura al sector cerámico de Castellón. Los datos del Índice de Producción Industrial correspondientes a los seis primeros meses del año, dados a conocer ayer, no dejan dudas sobre los problemas que sufren sus empresas. Cerrado el primer semestre del 2022, la caída en la producción alcanza el 7,4% respecto al mismo periodo del año anterior. Si se compara con el resto de ramas de actividad presentes en la Comunitat, su evolución en este periodo coloca al azulejo en el furgón de cola. Solo hay otro grupo con datos peores, la maquinaria y los bienes, que ha sufrido un descalabro del 13,2%.
Las demás industrias del territorio autonómico muestran un mejor comportamiento. Con caídas más moderadas está la química (-0,9%) o la madera (-1,6%), mientras que otras crecen hasta el 20% (cuero y calzado) o el 13,6% (textil y confección)..
La cerámica encadena de esta manera tres meses seguidos de descensos, al bajar un 25,9% en abril (el peor mes desde el parón forzoso de las primeras semanas de la pandemia), un 12,9% en mayo y un 2,5% en junio. Un panorama totalmente distinto al de hace un año, cuando el crecimiento en la producción de la actividad económica más importante de Castellón superaba con facilidad los dos dígitos, y mostraba una rápida recuperación. En cambio, la situación ha cambiado ahora por completo. Desde la asociación que agrupa a los fabricantes de cerámica, Ascer, en los últimos tiempos ha añadido a este retroceso los efectos de la subida de costes, que reduce los márgenes de rentabilidad y coloca en una situación muy delicada a un sector fundamental en la provincia y del que dependen de manera directa unos 17.000 puestos de trabajo.
Incertidumbre
Según los datos más recientes de Ascer, hasta finales de junio, 37 empresas han presentado un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) por la disminución de la actividad productiva y los elevados costes de la energía. Por otro lado, se teme que a la vuelta de las vacaciones haya un agravamiento. El presidente de la Asociación de Técnicos Cerámicos, Juan José Montoro, valora que la coyuntura «es compleja, ya que el ritmo en las fábricas no presenta por el momento grandes cambios respecto a un verano normal; pero sí que están todos expectantes a lo que pueda ocurrir a partir de septiembre». Montoro recordó que las reformas en España «siguen a tope, pero todos los clientes internacionales tienen previsiones de crecimiento de la inflación, como ya ha anunciado el Banco de Inglaterra», lo que hará retroceder el consumo. Una idea a la que se unen empresarios: «No es probable que vayan bien las ventas en países como Alemania, porque no confío en que se vayan a impulsar muchas obras con el invierno que les espera».
Todavía a expensas del gas y de poder recibir las ayudas estatales
El precio del gas ha llegado a los 200 euros por megavatio hora, y por el momento no hay expectativas de que vaya a bajar a corto o medio plazo. La comparación entre las cotizaciones de esta fuente de energía y el índice de producción industrial muestra una caída en la fabricación del 2,4% en diciembre del 2021 y del 16,4% en enero del presente año. Un periodo que coincide con la primera gran subida de precios, que alcanzó los 100 euros. Apenas en unos meses, el valor se ha duplicado, algo que desbarata unas expectativas de costes poco favorables, con el descenso de la producción como consecuencia directa.
A esta dificultad se suma el malestar por la concesión de las ayudas de hasta 400.000 euros anunciadas a finales de marzo por el Gobierno. Según indicaron desde la patronal cerámica, son pocas las empresas que han recibido las transferencias, 48 de 158 expedientes positivos, a pesar de que se anunció que el dinero ya estaría listo el 3 de junio.
