La guerra en Ucrania, la crisis con Argelia, la autodeterminación del Sáhara,...La actualidad internacional golpea más que nunca y lo que sucede en el otro lado del mundo tiene impacto en Castellón, en nuestras vidas, en el plano económico o social, y en cualquier momento de la línea temporal. Desde la industria azulejera al precio de la cesta de la compra. Los intermediadores no tienen capa ni galones pero con su labor sigilosa pueden dar un vuelco a multitud de situaciones en las que entran en juego mil y un factores y vidas.

Castellón cuenta con cuatro representantes en activo en la diplomacia internacional, según los datos facilitados por el Ministerio de Asuntos Exteriores, que han querido compartir sus experiencias y sus recuerdos más personales de la terreta. Prudencia y discreción pesan en sus palabras. Oficialmente no pueden pronunciarse sobre cuestiones de política internacional pues cualquier frase sacada de contexto puede tener consecuencias insospechadas. Su contacto con la multiculturalidad, los viajes y su conocimiento de los entresijos de las relaciones entre países, les dotan de una carrera envidiable.

Responden a estas tres cuestiones para Mediterráneo:

  1. ¿Por qué decide emprender la carrera diplomática?
  2. ¿Cuáles son los principales hitos de su trayectoria profesional?
  3. ¿Qué echa más de menos de Castellón?

Emilio Pin Godos

Es burrianense pero ha pasado todos los veranos de su infancia en Benicàssim. Emilio Pin Godos (Castelló, 18 de junio de 1974) fue alumno del colegio de los Padres Carmelitas (actualmente, Illes Columbretes) y del Instituto Jaume I, ambos en Burriana. Luego estudió la carrera de Derecho en Pamplona. Posteriormente, se fue a Madrid a preparar las oposiciones al Cuerpo Diplomático, ingresando en el año 2000, tal y como recuerda. 

Emilio Pin Godos. Mediterráneo

1."El éxito es discreto y así debe ser"

-«Siempre me interesaron las materias de Derecho, Historia y Antropología, además de viajar, conocer otras culturas, gente diferente,...Adaptarme a las novedades y desarrollar al mismo tiempo una labor de servicio público, con la intención de poder contribuir así al bien común. Y todo ello animado por un espíritu aventurero y muy curioso desde bien pequeño», explica Pin. «Sigo convencido de la gran relevancia e importancia de esta profesión, máxime en el mundo actual. Su contribución al entendimiento, armonía y a la búsqueda de soluciones pacíficas es más necesaria que nunca. Sus éxitos, que los hay, pasan desapercibidos, pero así debe ser», afirma.

2. Misiones en Roma, Tanzania o Ginebra

-«He estado destinado en las Embajadas de España en Tanzania, Namibia, Roma y en la Representación Permanente de España ante las Naciones Unidas en Ginebra. En el Ministerio he sido asesor jurídico en la Asesoría Jurídica Internacional y Vocal Asesor de Emergencia Consular», detalla. Actualmente, trabaja en Madrid como Jefe Adjunto de la Asesoría Jurídica Internacional del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. 

3. "Desde el mar a los naranjos y el clima"

-«Cuando estoy lejos, echo de menos el mar, los campos de naranjos y el clima de la provincia». 

Juan Gala Serra

Licenciado en Traducción e Interpretación por la Universitat Jaume I, Juan Gala Serra (Almassora, nacido el 26 de noviembre de 1980), cursó un Máster en Política de Defensa y Seguridad Internacional en la Universidad Complutense de Madrid. 

Juan Gala Serra. Mediterráneo

1.«La adaptación al cambio es clave»

-Decide optar por esta salida profesional «por vocación de servicio público, por poder ayudar a tus conciudadanos y poner en marcha las políticas públicas en el ámbito de las relaciones internacionales en representación de tu país. Es una actividad que pocos pueden llevar a cabo. Ingresar en la carrera diplomática española es un auténtico privilegio», manifiesta.

Una ventaja, a su parecer, «es que es un empleo en el que cada uno de sus integrantes puede ir desarrollándose laboralmente en diferentes ámbitos a lo largo de carrera, desde el consular, a las relaciones culturales y científicas, las materias más políticas, los recursos humanos, las políticas de desarrollo, etc.». «Sin duda la carrera diplomática, como el mundo, como la sociedad, ha ido e irá cambiando, pero esa es una realidad compartida con casi cualquier ámbito laboral y el futuro consistirá en ir adaptándose a esos cambios, lo cual no será complicado en un colectivo conformado con personas con alta motivación y profunda formación», dice.

2. De Guinea a Buenos Aires (Argentina)

-Diplomado en Estado Mayor de las Fuerzas Armadas y Subdirector General Adjunto de Personal en el Ministerio de Asuntos Exteriores, fue Cónsul General de España en Bata (Guinea Ecuatorial). Dirige la Unidad de Funcionarios Internacionales en el Ministerio, «que promueve la presencia de españoles en organizaciones internacionales». Pero justo este agosto se incorporará «como secretario de la Embajada de España en Buenos Aires (Argentina)».  

Juan Gala Serra, con la tuna de Empresariales de la UJI.

3.«Echo de menos la paella del domingo»

-A nivel personal, el diplomático almazorense reconoce que la carrera es reconfortante pero pasar la vida de un país a otro, «a veces puede resultar duro, por estar lejos de la terreta». Principalmente, Gala considera que de esa distancia con tanta tierra y mar de por medio se echan muchas cosas de menos. «Desde la familia y los amigos, a otras situaciones añoradas como la paella de los domingos, poder rondar un sábado de mayo, ir a un partido de fútbol para ver jugar al Club Deportivo Castellón, pasar un día en Els Ports caminando o simplemente ir al Sindicato en Almassora a almorzar», relata. 

Cristian Font Calderón

Nacido en Castelló en 1969, Cristian Font Calderón estudió en el colegio Obispo Climent y en el Instituto Penyagolosa de Castelló. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), optó por la Carrera Diplomática y es funcionario desde 1995, año en el que también aprobó la oposición de Administrador A8 de la Comisión Europea. 

Cristian Font Calderón. Nacho Gomez

1."Es un trabajo rico en experiencias"

-¿Cómo se embarca en estas lides? «Pues gracias al aprendizaje de idiomas, que me permitió viajar desde joven y desarrollar cierta inquietud por los asuntos internacionales», resalta. «Al decidir estudiar una oposición, de entre todas, la carrera diplomática fue la que más me atrajo. Es una profesión bonita y rica en experiencias, que requiere mucha capacidad de adaptación y que acarrea sacrificios personales y familiares que también hay que valorar», añade.

2.Director en Tribuna de la Casa América

-A lo largo de su trayectoria, Font ha trabajado en el Gabinete del Secretario de Estado para la Unión Europea (UE) y en la Dirección General de Política Exterior para Iberoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores. «Con posterioridad estuve destinado en las Embajadas de España en Guinea Ecuatorial, Vietnam, Panamá y Grecia y fui Cónsul General en Argel», rememora. Pero además ha sido director de Tribuna Americana de la Casa de América en Madrid. 

«Con anterioridad al actual destino trabajé en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), donde ocupé el puesto de Jefe del Departamento de Cooperación con África Subsahariana entre los años 2018 y 2020», describe Font. Posteriormente, y justo en los años de pandemia del coronavirus, el castellonenses cambió de destino, de modo que desde octubre del 2020 y hasta la fecha, Cristian Font es embajador de España en la República de Guinea y en la República de Sierra Leona, con residencia en Conakry (Guinea). 

Cristian Font, en les Agulles de Santa Águeda de Benicàssim.

Cristian Font, en les Agulles de Santa Águeda de Benicàssim.

3.Trepar a les Agulles y los ‘tramussos’

-¿Qué encuentra más a faltar de su localidad natal? «Además de la familia, la combinación única de mar y montaña de nuestro Mediterráneo y las posibilidades que ofrece la provincia de Castellón para la actividad deportiva --como trepar por les Agulles de Santa Águeda en Benicàssim-- y para disfrutar de sus paisajes. Es lo que más echo de menos», cuenta. En otro orden de cosas --añade--, «añoro poder asistir a los partidos del Villarreal en la Cerámica y del Castellón en Castalia. Y por supuesto la paella, los tramussos, los quesos de Almassora y Catí, mandarinas...». 

Marta Llueca Romera

Aunque nace un 6 de julio de 1995 en Barcelona, Marta Llueca Romera se viene a residir con el tiempo a Benicàssim. Estudió Periodismo en la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) y realizó sus prácticas en Mediterráneo, «concretamente, en la sección de Comarcas, bajo los mandos de Inma, cuyos consejos aún recuerdo con mucho cariño», reseña. 

Marta Llueca Romera.

1."Animo a perseguir y cumplir sueños"

-¿Cuál es la principal misión de la diplomacia en la actualidad y de cara al futuro? «En ocasiones, parece que es una salida profesional que muchas personas se plantean, pero que pocas verdaderamente eligen. Quizás es una mezcla entre el desconocimiento de la profesión y la dedicación que requiere el periodo de preparación. No obstante, emprenderla no es sino unir la vocación de servicio público, el entusiasmo por las relaciones internacionales y la voluntad de asistir a los conciudadanos en una misma salida profesional», analiza.

En su opinión, propone, «es importante resaltar aquí, si se me permite, que a pesar de lo que muchos castellonenses que lean estas líneas puedan pensar, la carrera diplomática cuenta con muchos perfiles distintos: formados en Derecho, sí, pero también traductores, filólogos y periodistas, como yo. Desde aquí os animo a intentarlo, a estudiar y perseguir vuestro sueño estéis en Madrid, Benicàssim, Xodos o Burriana». 

2."Me dedico a la cooperación"

-Actualmente, está destinada en los servicios centrales del Ministerio de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, en Madrid. Es jefa de servicio del Gabinete de la Secretaria de Estado de Cooperación Internacional. 

Marta Llueca, preparando una paella.

3.Voramar y las paellas

-A nivel personal, ¿qué echa más de menos Marta de su día a día en la provincia? «Pensar en Castellón y concretamente en Benicàssim es pensar en sus playas, en el Voramar, en una horchata con los amigos pero, sobre todo, es pensar en la familia y en el hogar», evoca.

La joven asevera: "Todos los domingos desearía poder estar en casa y cocinar una buena paella junto a los míos pero, como todo, es un trabajo que conlleva sacrificios, y el mayor es estar lejos de todo eso. Estando en Madrid es fácil volver pero llegará el día en el que estaré destinada en el extranjero y será más difícil. Aún así, opino que no es necesario volver físicamente a un lugar para acordarse del mismo". "Benicàssim es parte de mí y lo recuerdo y llevo con cariño donde voy; y siempre que tengo la oportunidad, ¡organizo un buen día de las paellas donde puedo!», apunta con humor.