Remitir cuanto antes a un hospital, obtener muestras de orina y sangre para detectar (si se hubieran inoculado) sustancias químicas y denunciar siempre, aunque solo se haya sido víctima de un pinchazo con un objeto punzante sin consecuencias, porque eso también es un delito. Estas serían, a grandes rasgos, las principales claves del nuevo protocolo de actuación que la Conselleria de Sanidad ha remitido a los departamentos de salud para saber cómo tiene que actuar el personal sanitario ante una sospecha de sumisión química o ante una víctima de un «pinchazo» que en estos días se están multiplicando aunque, por ahora, sin consecuencias ni en forma de agresiones sexuales o robos ni de sumisión química como tal. 

El protocolo busca coordinar actuaciones entre el ámbito sanitario, el de cuerpos y fuerzas de seguridad del estado y medicina forense ante el aumento de casos y la alarma social generada. 

Protocolo desde 2019

El documento especifica qué hacer, paso por paso, ante víctimas de pinchazos o en las que hay sospecha de haber recibido alguna sustancia química para doblegar su voluntad pero aporta pocas novedades sobre la forma de trabajar que los sanitarios ya tienen interiorizada desde 2019.

Desde entonces existe un protocolo específico de atención integral a las víctimas de agresiones sexuales que ya preveía los casos en los que, para agredir sexualmente a una persona, se utilizaran sustancias químicas, por lo que la forma de actuar ya era algo establecido. El protocolo, por tanto, corrige y aumenta este apartado de sumisión química para garantizar que se dé la misma atención a quien haya sido víctima de un pinchazo aun cuando no haya sospecha de agresión sexual, perfil de la gran mayoría de casos que se están conociendo ahora. 

30 sustancias implicadas

Así, en el protocolo se recuerda que la vía más habitual de sumisión química suele ser la oral junto a bebidas alcohólicas pero también las inyecciones subcutáneas o intramusculares con sustancias (se han descrito más de 30 implicadas) que funcionan a dosis bajas, son de acción rápida y de corta duración: desde los hipnóticos benzodiacepínicos hasta los opioides, ketamina, cocaína, derivados de la anfetamina, atropina o la conocida burundanga.

Entre los síntomas buscados, la amnesia completo o parcial, confusión, somnolencia, alucinaciones, desinhibición, mareo o pérdida de conocimiento. 

Rastreo en sangre y orina

Ante una persona con sospecha de haber sido drogada contra su voluntad o haber recibido un pinchazo, el protocolo pide que se le remita cuanto antes a un hospital. Allí, en Urgencias se activa el protocolo y tras el triaje lo primero que se pide si hay sospecha de sumisión química es recoger muestras para tóxicos lo antes posible porque las sustancias que se utilizan son «tiempo-dependientes», esto es, desaparecen del organismo conforme pasa el tiempo y ya no son rastreables. 

Así, y bajo cadena de custodia se establece recoger muestra de orina (siempre que no hayan pasado más de 5 días desde la agresión) y de sangre, en las primeras 48 horas tras el hecho. 

Pinchar a alguien es delito

Con las muestras recogidas ya se puede completar el estudio. El protocolo incide en que los profesionales sanitarios recomienden en todos los casos presentar denuncia «incluso en el caso de únicamente haber recibido un pinchazo sin clínica de ningún tipo» ya que, según apuntan en el documento «también es un delito penal». De hecho, desde el hospital se tiene que contactar con el juzgado de guardia en todos los casos. 

Por ahora, sin embargo, entre las decenas de denuncias formalizadas y de casos atendidos en centros médicos, no se ha notificado que ninguno de ellos derivara en algún tipo de agresión sexual o robo, objetivo de la sumisión química. De hecho, no se ha llegado a detectar ninguna sustancia en ninguna de las víctimas.

Catorce denuncias en la Comunitat este fin de semana

Policía Nacional y Guardia Civil han registrado este fin de semana catorce denuncias en toda la Comunitat Valenciana de jóvenes que referían haber sufrido pinchazos en entornos de fiesta u ocio nocturno. Al menos son las cifras con las que contaba a primera hora de ayer lunes la Delegación del Gobierno. Las cifras, sin embargo, no paran de crecer conforme pasan las horas tanto de casos registrados, atendidos en hospitales o de denuncias presentadas dentro de la psicosis que se generó tras conocerse los primeros casos de «picaduras» y las agresiones por sumisión química que sí se han dado en otros países.  

En todos los casos, y según la delegada del Gobierno Pilar Bernabé, las denuncias son de personas que creen haber recibido un pinchazo dentro de la oleada de notificaciones de este tipo que se están registrando estos últimos días. 

«En algunas se concluye que hubo pinchazo, en otros casos no o en otros quemaduras», ha explicado Bernabé que ha incidido en que, por ahora, en ninguno de los procedimientos abiertos se ha detectado «que se hubiera inoculado ninguna sustancia» ni que hubiera habido ningún tipo de agresión sexual o robo.

Según fuentes de Policía Nacional y Guardia Civil, solo este último cuerpo habría registrado nueve denuncias este fin de semana relacionadas con pinchazos en el festival de música Arenal Sound celebrado en Burriana. Otras cuatro denuncias de este fin de semana se habrían presentado ante la Policía Nacional de Alicante, dos en Dénia, una en Alicante y la última en Benidorm y allí la Guardia Civil, sumaba otras 6 denuncias más, cifras que ya superarían los registros aportados ayer por Bernabé.

En los hospitales, ya ha habido decenas de atenciones a jóvenes por sospecha de «picaduras». Solo en el de Dénia, por ejemplo, este fin de semana han atendido a una decena de jóvenes aunque sin agresiones sexuales relacionadas. Desde la Conselleria de Sanidad no cuentan con un registro exhaustivo de atenciones en centros.