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SOCIEDAD

"Paso calor, pero es lo que hay": así han vivido clientes y empresarios de Castellón el primer día del plan de ahorro energético

Tiendas y bares de Castellón cumplen con dudas y resignación el decreto que limita la temperatura y obliga a apagar las luces de los escaparates

Una dependienta regula el aire acondicionado, ayer en Castelló. Frank Palace

«He pasado mucho calor y las clientas ya ni te cuento». A María, dependienta en una tienda de moda del centro de Castelló, le bastaron ayer muy pocas palabras para hacer un balance de las primeras horas de entrada en vigor del real decreto de ahorro energético. Y que nada más llegar a la tienda, mando a distancia en mano, se aseguró que la temperatura de su establecimiento estuviera como mínimo a 27 grados, tal y como marca la normativa recién estrenada. «Me parece una temperatura demasiado elevada. Yo subo y bajo escaleras todo el día y la verdad es que con este calor estoy achicharrada», describió. 

En la mayoría de tiendas y bares de la provincia la conversación giró ayer en torno al aire acondicionado. Y la tónica general fue la resignación. «Si la ley dice que tenemos que subir la temperatura habrá que hacerlo aunque pasemos más calor de lo habitual», comentó Andrea, dependienta de una cafetería también del centro.

Frente a los que tenían claro a cuántos grados tenía que estar el local no fueron pocos los que seguían en un mar de dudas. Paco, por ejemplo, no supo hasta bien entrada la mañana que en su bar podía tener el aire acondicionado a 25 grados. «Creía que comercios y restaurantes teníamos que ponerlo a 27, pero un cliente me ha dicho que ha leído que a los bares se nos permite estar a 25. Algo es algo, pero aún así sigue haciendo mucho calor. En un bar hay muchas máquinas» narró.

A María o Andrea les preocupaba el calor y a empresarias como Amparo la inversión que va a tener que hacer para adaptar su local a la nueva normativa. «Mi tienda no tiene puerta y el decreto establece que antes de que acabe septiembre todos los comercios y bares deben tener una automática, así que tendré que rascarme el bolsillo», lamentó la propietaria de un establecimiento dedicado a la venta de bolsos y complementos. Amparo ya ha hecho números. «La broma me sale por 3.000 o 4.000 euros y se trata de una cantidad que ahora mismo no puedo asumir», explica. «Y lo peor es que igual me gasto el dinero para que dentro de un tiempo vuelvan a cambiar las normas y no me sirva para nada. Es lo que pasó hace años con la ley antitabaco», añadió la empresaria. 

Calles a oscuras

Muchos pequeños empresarios van a tener que invertir para adaptarse al plan de ahorro energético y a las asociaciones de comerciantes también les preocupa los efectos que tendrá el apagado de los escaparates a partir de las 10.00 de la noche. «La noche del martes ya hubo tiendas que no abrieron las luces y esta noche (por ayer) lo harán la mayoría. En el centro de Castelló las calles van a estar superoscuras», describió Charo Broncal, presidenta de Castelló Espai Comercial. «Ahora en verano no hay gente en la calle, pero ya imagino lo que ocurrirá a partir de septiembre. La gente saldrá a dar una vuelta o cenar los viernes y sábados por la noche y estará todo oscuro», avisa. 

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