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Castelló baja la persiana en agosto

Decenas de tiendas aprovechan la segunda quincena de agosto para cerrar por vacaciones

Los carteles de cerrado por vacaciones se repiten estos días en muchos escaparates de Castelló. ERIK PRADAS

La escena se repite año tras año. Llega el 16 de agosto y encontrar una carnicería, una peluquería, una clínica dental o un estanco abierto en cualquier barrio de Castelló es prácticamente una misión imposible. Decenas de pequeños negocios aprovechan estos días, cuando apenas hay gente en la calle y muchas familias se han ido de vacaciones a Benicàssim o a la casa del pueblo, para tomarse un par de semanas de descanso, tiempo necesario para cargar pilas y volver con fuerza en septiembre.

Aunque no hay cifras oficiales, la cantidad de carteles que rezan Cerrado por vacaciones y que cuelgan estos días en los escaparates es suficiente para darse cuenta de que la capital funciona a medio gas. «Hay muchísimos comercios cerrados. Si uno quiere comprar carne o fruta en un establecimiento especializado tiene muy pocas opciones porque prácticamente todas las carnicerías y fruterías están cerradas. Y con las panaderías ocurre lo mismo», lamentaba ayer Laura Doménech, un vecina de la zona norte de Castelló.

Locales cerrados en el centro de Castelló. ERIK PRADAS

Carlos Pons, propietario de un negocio dedicado a la venta de fruta y verdura, es uno de las cientos de empresarios de la capital que ha cogido vacaciones durante la segunda mitad del mes. «Todos los años hacemos lo mismo. La primera quincena ya fue floja y las últimas dos semanas de agosto cerramos y aprovechamos para arreglar la tienda», explica.

También son vacaciones para Laura y Manuel, gerentes de una papelería. «La primera quincena de agosto cerramos por la tarde y ahora lo hacemos todo el día. Hay que coger fuerzas. Septiembre está a la vuelta de la esquina y para nosotros es el mes con más trabajo del año», aseguran.

Locales con la persiana bajada por vacaciones. ERIK PRADAS

Pero no todos los establecimientos pueden o quieren desconectar unos días. «Ya nos gustaría, pero no podemos cerrar en todo el año. Servimos a bares y restaurantes y ellos no descansan en todo el año, así que nosotros tampoco lo hacemos», comentan en una panadería de la capital. . 

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