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El día después del fuego en Bejís: evitar la erosión y años sin replantar

Los expertos sitúan como prioridad conseguir que el monte no pierda suelo y reclaman no reforestar de forma inmediata ni homogénea

Efectivos de extinción en el incendio de Bejís. Biel Aliño / EFE

Amarrar el suelo y pensar en el largo plazo para reforestar tras el incendio de Bejís. Esa es la receta que proponen ingenieros forestales, biólogos y colectivos ecologistas para no solo recuperar los montes valencianos el día después de los incendios que están asolando la autonomía, sino también para dotarlos de una mayor resiliencia de cara al futuro. Y es que, aunque pueda parecer paradójico, aseguran que repoblar estas zonas con árboles de forma inmediata «para que parezca que se hace algo» sería contraproducente para estos espacios naturales. Así, todos los expertos consultados por este diario coinciden en que la principal tarea para regenerar el terreno calcinado es evitar la erosión del suelo. Solo de esta forma, conservando esa capa fértil y donde se encuentran los minerales y nutrientes vitales para la flora, se podrá mantener la capacidad de recuperación de estas masas verdes.

 «Hay que plantear una gestión integral, algo mucho más complicado que plantar sin ton ni son. La prioridad debe ser preservar el suelo», defiende Olga Mayoral, doctora en Biología y subdirectora del Jardí Botànic de València. 

Un punto en el que coincide con Juan Manuel Batiste, decano del Colegio Oficial de Ingenieros Forestales de la Comunitat Valenciana. «Lo más importante es evitar la erosión, que es clave de la futura restauración. Antes que replantar hay que evitar la pérdida del suelo». Para ello, Batiste propone el uso de fajinas, un término técnico que define como «empalizadas que se hacen aprovechando los propios troncos quemados y que sirven para retener el suelo».

El ingeniero forestal tampoco es partidario de iniciar ya una reforestación. «Hay que dar un tiempo al monte para ver cómo evoluciona». Solo abre la puerta a acometer posibles «plantaciones puntuales de matorral en sitios estratégicos», porque este tipo de vegetación es muy útil para retener el suelo, asegura.

Así las cosas, Batiste recomienda no plantar en estas zonas hasta dentro de «dos o tres años», y siempre intervenciones «puntuales», nunca «un monte entero».

Al respecto, Mayoral aboga por «mantener la heterogeneidad ambiental» en estas zonas, desplegando cultivos «en los fondos de valle que hagan de cortafuegos naturales» y evitando «masas monoespecíficas de pinos», que son una «especie pirófita a la que le va bien el fuego». Un proceso que «requiere de una gestión con vistas al largo plazo y no pensar que hay que plantar ya para que parezca que se hace algo». 

Para poder mantener esa «heterogeneidad ambiental» o mosaico agroforestal, Acció Ecologista incidió en un comunicado en la necesidad de luchar contra la despoblación, ya que el abandono de tierras «favorece los macroincendios incontrolables».

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