Los dos grandes fuegos que ha sufrido esta semana la Comunitat Valenciana se han cebado con los municipios donde se originaron. Aunque no tardaron en extenderse por el territorio, fueron apodados desde el principio como los incendios «de Bejís» y «de la Vall d’Ebo» y los datos que empiezan a conocerse constatan el porqué. Según las cifras con las que trabaja el departamento de Emergencias y a las que ha tenido acceso este diario, tanto Bejís como la Vall d’Ebo se han llevado con diferencia la peor parte. Presentan más de un 90 % de su área afectada y suman cerca de un 25 % del total de la extensión devorada por el fuego en ambos siniestros.
El documento, actualizado por última vez el domingo, señala que en el incendio de la localidad alicantina han ardido 12.151 hectáreas a lo largo de un perímetro de 100,2 kilómetros. De ese total, 2.995,85 se han quemado en el término municipal de Vall d’Ebo, un 24,7 % del suelo quemado en el incendio. El municipio tiene 32,4 kilómetros cuadrados, por lo que ha ardido más de un 92 % de su superficie total.
Horror en el Alto Palancia
En cuanto al incendio de Bejís los datos muestran una destrucción más concentrada, con 6.000 hectáreas más afectadas y cuatro municipios menos alcanzados por las llamas que en Vall d’Ebo. El documento eleva el perímetro del fuego hasta los 150 kilómetros y rebaja mínimamente la superficie quemada hasta las 18.892 hectáreas. De estas, casi un 93 % del territorio afectado está en el Alto Palancia (Castelló) y apenas un 7 % se adentró en la provincia de Valencia a través de Alcublas y Andilla.
Bejís es sin duda el centro del desastre. Según el informe el fuego habría calcinado el 99,8 % de su área, en torno a 4.235 hectáreas. Los siguientes más dañados han sido Sacañet, con 2.482 hectáreas; El Toro (2.389); Altura (1.975); Teresa (1.730); Toràs (1.456) y Viver (1.332). Entre Alcublas y Andilla registran 1.372 hectáreas quemadas, un 7 % del total.
