El grupo azulejero Pamesa anunció en julio que paralizaba sus plantas de cogeneración por las pérdidas ante el incremento del precio del gas y la falta de un régimen retributivo similar al de instalaciones como los ciclos combinados. A esta decisión le han seguido durante el verano otras empresas del sector, debido a un panorama que desde la Asociación Española de Cogeneración (Acogen) se califica como discriminatorio y que podría derivar en la presentación de acciones legales.
El director general de Acogen, Javier Rodríguez, señala que de no haber un cambio de posición del Gobierno «podría llegar una avalancha de reclamaciones por daños y perjuicios» por parte de las empresas afectadas, «ante la degradación que sufre la competitividad de las industrias», y la amenaza sobre su continuidad y los empleos que de ellas dependen.
La asociación ya presentó una denuncia por discriminación a la Comisión Europea, cuya resolución está prevista para la primera quincena de septiembre, a la vez que se han aportado alegaciones a la propuesta de retribución marcada desde el Ministerio de Transición Ecológica, «que sigue sin reflejar la realidad de los mercados energéticos, inciden en Acogen.
Parar o perder dinero
Un posicionamiento que se argumenta con el precio de 300 euros por megavatio hora al que ha llegado el gas en los últimos días. En cambio, la propuesta de retribución «se sitúa en el entorno de los 90 euros, por lo que las plantas deben parar o perder mucho dinero», detalla Rodríguez. Mientras, las instalaciones de ciclos combinados, que son más contaminantes, «reciben más de 200». Ante esta situación, Acogen apunta que el planteamiento del Gobierno «en sus términos actuales conduce a apagar las cogeneraciones y es contraria a derecho, al sentido común y al interés general».
El desencadenante de esta crisis es el tope al precio del gas para fijar los precios de la electricidad en España y Portugal. Un coste que luego se compensa por otros procedimientos, aunque la cogeneración no ha sido incluida en España. Por contra, «la práctica totalidad de las cogeneraciones de Portugal están incluidas en el alcance del mecanismo de compensación», recalca Acogen.
Para su director general, la cerámica de Castellón «es de las industrias que más dependencia tienen del gas, y la cogeneración ha dejado de aportar competitividad». Por todo ello, Javier Rodríguez tiene sus esperanzas depositadas en los movimientos iniciados por presidentes autonómicos, como los de Galicia, Castilla-León, Aragón y la propia Comunitat Valenciana, con el fin de poner remedio a un problema con graves repercusiones en sus industrias.
El precio del gas da un ligero respiro
La semana pasada fue negra para los clientes intensivos de gas natural, como la cerámica de Castellón. Por primera vez, el mercado de referencia en Europa, el TTF holandés, cerró varias jornadas por encima de los 300 euros por megavatio hora. Una diferencia muy notable si se tiene en cuenta que en el primer trimestre del 2021 apenas llegaba a los 20. El peor día fue el viernes, al cerrar con 339,2 euros. En cambio, ayer lunes supuso una rebaja de la tensión, ya que las cotizaciones a lo largo del día se situaron sobre los 275 euros. Pese a esta notable mejora, el precio sigue en cotas muy elevadas.
Desde la patronal azulejera, Ascer, se ha manifestado en diferentes ocasiones que cotizaciones a partir de los 100 euros obligan a parar la producción. El director general de Acogen, Javier Rodríguez, destacó que el gas «supone más de la tercera parte de los costes totales para la cerámica», por lo que los márgenes de competitividad se ven perjudicados. Precisamente las plantas de cogeneracion son una fórmula empleada por la industria para mejorar los márgenes de competitividad. «En Italia se usa el doble que aquí», apunta, por lo que las pérdidas actuales suponen un grave problema.