Reducir la lista de espera quirúrgica que la paralización de las operaciones programadas durante los picos de la pandemia disparó a cifras nunca vistas. Con el objetivo de acortar esta demora la Conselleria de Sanitat ha triplicado las derivaciones de pacientes de la sanidad pública a la privada para que puedan ser intervenidos en un plazo más corto de tiempo. De forma paralela, también continúa el llamado autoconcierto, es decir, abrir quirófanos por las tardes fuera del horario habitual.
En concreto, el departamento de Miguel Mínguez envío a la sanidad privada el pasado año a 2.855 pacientes frente a los 845 del 2019. Esto fue posible también por la incorporación del único hospital privado de la provincia, Vithas Castellón, al plan de choque, ya que, hasta entonces, eran muchos los pacientes que rechazaban ser derivados para no tener que trasladarse hasta Valencia.
Sin duda, el hospital que más empleó esta herramienta fue el General de Castelló, que aumentó casi un 300% sus derivaciones, pasando de 512 a 1.970, un incremento que en el caso de la Plana ha sido del 155,2% al haber remitido a la privada 651 pacientes. El Comarcal de Vinaròs remitió a 144 y el Provincial a 90. Este último se adhirió por primera vez al plan de choque el pasado año, dada la elevada demora que acumula en las intervenciones.
Lista de espera en Castellón
Según los últimos datos de la Conselleria de Sanitat, referentes al mes de julio, el General de Castelló, con 72 días de demora, 10 más que en junio, es el único centro de la provincia que está por debajo de la media autonómica, que está en 98 días. El de la Plana vuelve a superar los 100 días, con 102, lo que supone seis más que el mes anterior. Y de nuevo son el Provincial, con 127; y el Comarcal de Vinaròs, con 131, los que se mantienen entre los últimos puestos de la Comunitat, ya que superan los cuatro meses para poder recibir una intervención.
Si en julio hubo un aumento en las listas de espera, las previsiones auguran que en agosto este incremento se acentuará por las vacaciones del personal sanitario. Actualmente, hay más de 7.200 castellonenses a la espera de entrar en quirófano.
Patologías no urgentes
De «demonizar» la práctica, marca de la casa de los gobiernos del Partido Popular, a apoyarse en ella sin reservas. Es el camino que la Conselleria de Sanitat ha transitado desde 2015 hasta 2022 con respecto al conocido como plan de choque: derivar a pacientes a operarse a clínicas privadas de patologías no urgentes cuando el atasco en los hospitales públicos era importante. En el caso de Castellón, las operaciones más comunes que realizan son de cataratas, varices, cirugía general y traumatología. Especialidades que acumulan mayor retraso quirúrgico.
La decisión de Sanitat de intensificar las derivaciones a la privada continúa y si, en el 2021, la Conselleria envió a operarse a nivel autonómico a la privada al doble de pacientes que en todo el 2019, el triple en el caso de Castellón, este 2022 lleva el mismo camino. Según datos de Sanitat, de enero a junio ya se había remitido a 14.102 pacientes, casi tantos como los 14.980 de todo el año 2019 en el conjunto de la Comunitat.
Autoconcierto
El refuerzo que viene del sector privado sigue siendo potente, pero eso no ha significado que la administración valenciana haya dejado caer el proyecto estrella de la exconsellera y exministra Carmen Montón: operar más en la pública por las tardes, más conocido como autoconcierto. El pasado año se hicieron 22.486 intervenciones «de tarde», casi tantas como antes de la pandemia. En lo que llevamos de año van ya por 17.504.
Si se mantienen estas cifras se podrían superar las más de 50.000 intervenciones de lista de espera que se hicieron el año pasado ya fuera en clínicas privadas o fuera de horario en la pública. Si este esfuerzo doble en operaciones de tarde y en envíos a la privada se hubiera realizado en una realidad sin coronavirus, se podría estar hablando de haber conseguido ese objetivo que la exconsellera Ana Barceló se marcó a principios del año 2020: 70 días de espera.
Un esfuerzo presupuestario para intervenir más
El plan de choque tuvo un presupuesto de 11 millones en el 2019, cuando todavía se podía hacer más en la pública. La cuantía empezó a crecer en el 2020 con el colapso de los hospitales públicos hasta los 16 millones de euros en el 2020 y se llegó a los 20 millones el año pasado (el doble de presupuesto para doblar el número de derivaciones). Para este año, Sanitat había previsto 15 millones de euros, pero es más que posible que si mantiene este ritmo de envíos a la privada se tenga que suplementar esta partida.
Justo esta semana el conseller de Sanitat, Miguel Mínguez, recalcó que la voluntad del Gobierno valenciano es disminuir las listas de espera con todos los recursos de los que dispone y, entre ellos, «está el plan de choque y el recurso a la sanidad privada como colaboración con la pública».
