Los sindicatos CCOO y UGT añaden presión al proceso de negociación del nuevo convenio colectivo para el sector de la cerámica, con la primera de las movilizaciones en la calle. La plaza María Agustina de Castelló fue el punto de encuentro de los representantes sindicales del sector, con final ante la sede de la patronal Ascer, para reclamar un desbloqueo de las negociaciones, que no avanzan desde el pasado verano.

Desde CCOO, Jordi Riera señala que una de las principales reivindicaciones es un "aumento salarial en función del IPC, para evitar que los trabajadores pierdan poder adquisitivo". En la actualidad, la inflación interanual en España es del 10,5%. Riera lamentó que la patronal "no se quiere reunir, cuando en los últimos años el sector ha tenido grandes superavits de actividad y márgenes de rentabilidad", por lo que cree que estas mejoras también deberían reflejarse en la masa laboral. También afirmó que un sector "que no es solidario y que no acompaña en su responsabilidad social a los trabajadores no puede estar solicitando ayudas cuando no se está encargando de sus propias cuestiones de casa".

Por parte de UGT, Vicente Chiva anunció que la de hoy es la primera de las acciones que preparan los trabajadores para lograr sus propósitos en esta negociación. La próxima será el 21 de octubre, "y podría haber convocatoria de huelgas". Vaticina que los desencuentros se mantendrán en los próximos meses, por lo que las acciones de protesta podrían llegar hasta la próxima edición de Cevisama, del 27 de febrero al 3 de marzo del 2023.

Paros temporales

Los ERTE son uno de los factores que marcan la actividad laboral de la cerámica en los últimos meses. Según las estimaciones de Jordi Riera, de CCOO, "la mayoría de empresas tienen detenidas algunas de sus unidades productivas, por lo que el 70% tienen presentado algún tipo de ERTE, que afecta al 40% de la plantilla". La cerámica, añadió, Riera, emplea en Castellón a más de 16.000 personas, con unos empleos indirectos de entre 10.000 y 15.000 personas.