La pesca de arrastre regresó ayer al Grau de Castelló, con lo que toda la flota de esta modalidad en la provincia ya está en plena actividad tras los dos meses de parada biológica. El resto de cofradías de Castellón ya volvieron a la carga hace un mes, y lo han hecho manteniendo las mismas preocupaciones que antes del verano, con un panorama marcado por los elevados costes del combustible.
El patrón mayor del Grau, Manuel Peña, señaló que el primer día de la temporada se ha desarrollado «según lo que se esperaba, con un precio del gasóleo que apenas ha bajado en las últimas semanas y unos ingresos para las barcas que crecen muy poco en comparación al aumento de los gastos». Después de dos meses sin faenar se ha notado la mejora en el número de capturas «en variedades como el salmonete, la sepia o la merluza, pero a cambio ha habido una bajada de precios», detalló Peña. Las perspectivas del patrón mayor son que en los próximos días se estabilizará el mercado, con menos pescado capturado y un repunte en los precios. Aún así, «el coste del gasóleo está el doble de caro que el pasado año», recalcó el patrón mayor castellonense, lo que ataca directamente a la rentabilidad de los armadores. «Por el momento en el Grau se mantienen las 14 barcas de arrastre, pero porque no han salido nuevas ayudas para desguazar barcos, porque tanto en esta variedad como en el cerco habría nuevas bajas, tanto en Castellón como en el resto de la Comunitat».
Desde hace meses, el precio del gasóleo para la pesca ronda el euro por litro, lo que supone que el combustible supone más del 75% de los gastos totales. Salir a faenar implica un coste fijo diario de 1.000 euros en este concepto, lo que obliga a acabar muchas jornadas con pérdidas, pese a los 20 céntimos del Gobierno.
La campaña navideña cuenta con perspectivas poco favorables
El último trimestre del año está marcado por las celebraciones navideñas, que en numerosos sectores de la economía se traduce en un repunte de la actividad y la facturación. A pesar de que en el pasado la proximidad a estas fechas solía tener un impacto positivo en la pesca, en los últimos años ya no ocurre de una forma tan clara. Manuel Peña indicó que el aumento de la cotización «se nota en variedades muy concretas, como el lenguado o las gambas, pero no afecta a las capturas que se hacen en el día a día». Además, señaló que pese a los condicionantes de estas fechas «el número de mayoristas de pescado se mueven siempre en el mismo número».
Los pescadores de la provincia mantienen sus reivindicaciones, como un aumento de la cuota para capturar atunes, que en los últimos tiempos se han reproducido de manera notable, lo que perjudica a otras especies. Además, en las próximas semanas se está pendiente de si Bruselas vuelve a recortar el número de días para faenar, algo que afecta al negocio de los armadores.
