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ECONOMÍA

Castellón se aleja de la recesión pero crecerá menos que la media: las claves

La economía de la provincia aumentará un 4% este año y la patronal CEV alerta de una desaceleración

El comercio ya nota un freno en el consumo de las familias. JAIME GALINDO

Los tambores de recesión suenan con fuerza en Europa, pero el ruido no llega a Castellón. Mientras países como Alemania se encaminan a un durísimo invierno, la economía valenciana logrará esquivar el retroceso y los empresarios prevén que la Comunitat crecerá este 2022 en torno al 4%, un porcentaje inferior a la media nacional (4,4%). Eso sí, la patronal alerta del frenazo que llega y habla de una recta final de año dominada por la desaceleración y unos altos niveles de incertidumbre, aunque no afectarán al empleo

La Confederación Empresarial de la Comunitat Valenciana (CEV) hizo público ayer su  último Informe de Coyuntura y Perspectivas Económicas del segundo trimestre del año, y la principal conclusión es que, pese a los nubarrones que supone la inflación y la crisis energética, la previsión de crecimiento se mantiene al alza. « A pesar de los elementos perturbadores provenientes del exterior, la normalización de la actividad a nivel interno ha permitido que la economía de la Comunitat haya mostrado durante el segundo trimestre un notable repunte», explicó Ricardo Miralles, director de Economía de la CEV, quien auguró que la economía regional mantendrá «un tono aceptable en términos de actividad y empleo pese a los signos de ralentización que muestran todos los sectores con la única excepción del turismo».

El estudio de la organización empresarial que preside Salvador Navarro analiza la situación por la que atraviesan los diferentes sectores económicos y, en caso del azulejo la conclusión es clara: pese al optimismo con el que se ha cerrado la feria Cersaie, los productores de pavimentos y revestimientos cerámicos hablan de una segunda mitad de año marcada por una reducción de la producción. «La previsión es que las ventas aumenten ligeramente, manteniendo una diferencia significativa entre los datos en valor y en volumen, debido al aumento de los precios que las empresas se han visto obligadas a aplicar para cubrir una parte del incremento de los costes energéticos, de materias primas y de transporte», se argumenta en el informe.

El final del 2022 estará marcado por un freno en la producción y el año que viene dependerá de factores externos al sector azulejero, como la evolución de la guerra en Ucrania y la repercusión sobre los costes energéticos. Además, tanto desde la patronal Ascer como desde Anffecc, la organización empresarial de productores de fritas y esmaltes, avisan de que la incertidumbre sigue siendo «muy elevada», debido al alza del precio del gas y de la energía.

Abandono de tierras

El futuro inmediato tampoco es de color de rosa para la agricultura. Y de nuevo la culpa es de la escalada de los costes de producción (un 38% en el último año) y la imposibilidad de los productores para repercutir los sobrecostes en los precios que perciben. «Si los precios en origen no aumentan lo suficiente como para compensar el alza de los gastos, se incrementará la superficie abandonada y el cierre de granjas», augura el informe.

Otra actividad ahogada por el alza sin freno de los costes es el comercio, que ya nota una ralentización del consumo de las familias. «El último cuatrimestre será complicado y la próxima campaña de Navidad se presenta muy incierta», aventura el informe de la CEV, que recoge las impresiones de la patronal Confecomerç. Algo más optimista es la industria turística. Tras cerrar un verano con una alta ocupación, el reto ahora es aumentar una rentabilidad muy mermada por los altos costes. 

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