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REPORTAJE

Todos los Santos: Ritmo frenético en floristerías y cementerios de Castellón

Las ventas del sector resisten a la inflación, mientras los preparativos para la festividad toman los camposantos

Estos días se repiten los trabajos de limpieza de lápidas. GABRIEL UTIEL

Los días previos a Todos los Santos constituyen un ritual en sí mismos. Como cada año, y más ahora con la situación epidemiológica normalizada, toca preparar las lápidas de los seres queridos en los camposantos para honrar su memoria. El trasiego en estos recintos es prácticamente constante. Escaleras arriba y abajo, utensilios de limpieza de un lado a otro e incluso alguna foto o mensaje que depositar junto a las tumbas, aprovechando la visita.

No faltan las flores, que se convierten casi en indispensables. Y así lo constata el ritmo de trabajo de las floristerías de la provincia, que resulta «frenético» para atender la alta demanda de esta festividad, solo equiparable a ofrendas o celebraciones como San Valentín.

De más duración

«Notamos incluso un poco más de demanda que otros años, aunque la misma se centra en flores que duran más, como el Crisantemo», explica Caridad Gresa, de la floristería Milia Rosa de Vila-real. Y es que, pese a la inflación, el sector asegura que mantiene la demanda, como apunta Elena Iancu, de la Floristería Elena de Castelló. Eso sí, cada vez «hay más gente que pide producto artificial, porque aguanta más», matiza.

Las floristerías afrontan una de las épocas de mayor actividad del año, manteniendo la demanda y por lo general los precios pese a la inflación. ANDREU ESTEBAN

«Todavía se mantiene la tradición», añade Clara Cortés, de La Orquídea, en la capital de la Plana, quien dice que la decisión de la flor al final «depende mucho de cada uno y de su edad». «Es algo muy personal y va desde rosas variadas a ramos clásicos», detalla.

Superado el escollo de mantener la demanda, llega la cuestión de los precios. Las tres floristas coinciden en que «han intentado mantenerlos». «Nos han subido mucho los costes en algunos productos», confirma Caridad, si bien matiza que «vamos jugando para que repercuta lo menos posible a nuestros clientes».

De hecho, Elena asegura que «mucha gente no se cree que no hayamos subido los precios y cuando se lo decimos nos toca enseñarle la lista del año pasado». «Estamos haciendo un esfuerzo, no como los supermercados», bromea la florista.

El problema del calor

Eso sí, de lo que no escapa el sector es del impacto de las temperaturas más cálidas, al ser las flores un producto especialmente delicado y perecedero. «Los días 30 y 31 de octubre son de normal los de más actividad», señala Clara, aunque apunta que el calor constituye «un inconveniente muy grande, porque aunque tenemos cámaras, tienes que preparar todos los encargos más hacia la fecha y se acumula el trabajo». No faltará pues el esfuerzo de estas profesionales para cumplir con todos los pedidos y que nadie quede sin flores.

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