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EMPLEO

Las asignaturas pendientes de la reforma laboral en Castellón

Tres de cada cuatro trabajadores tienen contratos fijos en la provincia

Un camarero sirve consumiciones en la plaza Santa Clara. GABRIEL UTIEL BLANCO

La reforma laboral que entró en vigor el pasado 31 de marzo tras cumplirse los tres meses de plazo transitorio que dio la norma para la adaptación de las empresas a la nueva regulación, ha llevado ya a que más de siete de cada diez trabajadores de Castellón cuenten con contratos indefinidos, según los últimos datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo, Seguridad Social y Migraciones.

Los números oficiales sobre las personas dadas de alta en la Seguridad Social dentro del Régimen General, que es el mayoritario, contabilizan a un total de 193.807 inscritos, de los que el 75%, 144.869, cuenta ya con un contrato de los denominados indefinidos, frente al 65% que estaba en igual situación al acabar marzo, con lo que el incremento es de más de 10 puntos porcentuales.

Dentro de este colectivo, no todo pasa por la condición de estar fijo en el puesto, tal y como siempre se ha entendido, sino que hay tres modalidades diferentes.

Por un lado, el grupo más abultado, se corresponde con los contratos de carácter indefinido que, además, son de jornada completa. Un colectivo que suma a 108.631 castellonenses. A partir de aquí, las condiciones son más estables que antes de la llegada de esta reforma laboral, pero no las óptimas. Son quienes están contabilizados como empleados a jornada parcial y representan el segundo apartado en importancia, con un total 22.347 personas.

En tercer lugar, se hallan los contratados como fijos discontinuos, que con la nueva normativa cuentan con la ventaja sobre la anterior de una mayor estabilidad, es decir, que los trabajadores deben ser los mismos los que se contraten temporada tras temporada, en sectores estacionales como es el caso de la recogida de cítricos o la hostelería, donde hasta ahora han abundado los empleos temporales sin solución de continuidad para los trabajadores. 

Esta modalidad ha crecido de forma significativa, al pasar de 11.964 al cierre del primer trimestre del año, a los actuales 13.891. Es decir, un 16% más.

En el capítulo de las relaciones laborales temporales, la evolución es inversa, ya que han caído más de un 25%, cuando sumaban 29.850, frente a la cifra de 37.396 que en estos momentos contabiliza la Seguridad Social. Se trata de un descenso que se reparte casi por igual entre los contratos a tiempo parcial (ahora 7.660) y los de jornada completa (22.190).

Los nuevos contratos

En relación con el impacto de la reforma laboral y la evolución en Castellón, el secretario general de UGT en la provincia, Francisco Sacacia, señala que, más allá del incremento de trabajos fijos que recoge la foto fija de la Seguridad Social, «es importante ver cómo son los contratos que se hacen mes a mes». En este sentido, los datos oficiales ratifican la acusada tendencia al alza en la formalización de contratos indefinidos en la provincia, ya que han subido un 244% en septiembre, frente al mismo mes del ejercicio precedente, con un total de 9.715 trabajos de este tipo.

Los autónomos apenas bajan

Los trabajadores por cuenta propia, los autónomos, definen el segundo colectivo más importante por volumen en Castellón después de los inscritos en el Régimen General de la Seguridad Social. Al cierre de septiembre, este grupo sumaba 41.247 personas en la provincia, frente a las 41.398 que contabilizaba el Ministerio de Trabajo a 31 de diciembre de 2021. En este caso, la estabilidad solo depende del mercado y del acierto del emprendedor a la hora de gestionar su empresa, aunque sea unipersonal.

Muchas mejoras por abordar

Los responsables de los principales sindicatos tienen claro en Castellón que la última reforma laboral abordada por el Gobierno, no sin un amplio debate y mucha polémica, ha tenido ya efectos positivos sobre la reducción de la temporalidad y, por tanto de la precariedad en el mercado del trabajo provincial.

Sin embargo, coinciden también en que, aunque es pronto para calibrar las consecuencias de una normativa que entró en vigor el 1 de enero con una moratoria hasta el 31 de marzo, desde cuando es obligatorio su cumplimiento, queda mucho por hacer, sobre todo en lo que se refiere a determinados colectivos como es el caso de las empleadas de hogar, las cuidadoras y los sectores más estacionales.

El secretario general de UGT, Francisco Sacacia, resalta, por ejemplo, que «hemos pasado de una media del entorno del 60% de contratos indefinidos, cuando lo habitual estaba alrededor del 10 o el 11%, aunque habrá que esperar y dar más tiempo de aplicación a la norma para conocer el impacto real».

«No es la situación ideal» 

Según Sacacia, «el límite de 90 días al año para los contratos temporales es una de las ventajas clave de la norma, pero es por ejemplo, en los fijos discontinuos sobre los que hay que situar la lupa, partiendo de que la situación ha mejorado mucho en dar estabilidad al empleo, aunque no es la ideal, con el objetivo de acercar la proporción de los contratos indefinidos al cien por cien en Castellón».

Por su parte, el secretario general de CCOO en el mismo territorio, Albert Fernández, pone el acento en que el impacto de la reforma laboral en Castellón «no es suficiente». Precisamente sobre el colectivo de los fijos discontinuos, Fernández indica que «ninguno trabaja un mínimo de nueve meses al año, y está desprotegido y se pierden cotizaciones».

Carolina trabajadora del hogar, falta de derechos laborales de las trabajadoras domesticas. MAMontesinos

«Aunque la precariedad es menor, sigue habiendo y afecta más a los de siempre, a las mujeres y los jóvenes en los sectores con mayor estacionalidad, como todo lo que tiene que ver con la hostelería y el turismo», explica el secretario general de CCOO. El responsable sindical añade a este eje el de dos colectivos con enormes particularidades. El de las empleadas de hogar y los cuidadores, en cuya actividad es donde sitúa la mayor proporción trabajo en negro.

Albert Fernández ratifica lo que es que es vox populi: en una enorme proporción quien trabaja en las tareas de limpieza de hogares carece de contrato y, por tanto, no cotiza a la Seguridad Social. El dato de cuántas están inscritas da una idea de lo reducido de la cifra oficial, 3.355, de las que solo un centenar son hombres. Otro grupo que vive unas condiciones similares es el de las cuidadoras no profesionales, en su inmensa mayoría también mujeres y sin regularizar. Fernández menciona también el convenio de los becarios, «que no ha entrado en la reforma de forma completa».

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