Cuatro de cada diez castellonenses cuenta con la protección de un seguro de decesos que, llegado el momento, costee los gastos que comporta un fallecimiento, como el velatorio o el entierro.
En concreto, el 38,28% de la población de la provincia dispone de esta cobertura, según refleja el informe Estamos Seguros de la patronal de aseguradoras Unespa, publicado recientemente coincidiendo con la proximidad de la festividad de Todos los Santos.
De hecho, estos días previos son muchos los que arreglaban y limpiaban las lápidas en los cementerios antes de las visitas en recuerdo a los seres queridos que ya no están, que se producirán en su mayoría este martes. Algunos ayuntamientos han dispuesto un servicio de transporte especial desde los cascos urbanos hasta los cementerios o reforzado el personal de estas instalaciones y también la vigilancia en su entorno.
Y es que, como asevera el refrán, todos somos iguales ante la muerte. Algunos ya han previsto esto y, en cifras absolutas, 220.440 personas abonan una póliza de decesos en Castellón. Un dato que ha aumentado exponencialmente a lo largo de la última década, partiendo de 194.243 asegurados en el ejercicio del 2012. De hecho, en el último año es la décima provincia del territorio nacional donde más crece en términos interanuales, con un 1,08% más.
El perfil
El informe arroja que el porcentaje de aseguramiento es creciente con la edad, alcanzando una cota máxima del 60% entre las personas de entre 75 y 79 años. Sin embargo, destaca que la presencia del seguro de decesos supera el 40% a los 20 años por la cobertura de las pólizas familiares.
A nivel nacional el seguro de decesos está ampliamente extendido al proteger a 22.099.645 personas, lo que supone el 46,7% de la población española. Un porcentaje que se mantiene estable e, incluso, aumenta ligeramente tras cada ejercicio.
El principal argumento a la hora de contratar este tipo de seguro es el de ahorrar los costes que conlleva perder la vida a los sucesores, pues otro estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) calcula los gastos en un entierro o incineración entre los 3.000 y los 5.000 euros.
