Hablar de economía en Castellón es hablar, en un porcentaje muy importante, del empuje que tiene el sector cerámico. Su industria aporta el 37% del PIB de la provincia, algo que no solo tiene implicaciones en el nivel de riqueza de los ciudadanos, sino también en la gestión medioambiental.

Este planteamiento ha sido el eje de la intervención del administrador de la compañía CTR Mediterráneo, Juan Vidal, una empresa ubicada en Vall d'Alba y que tiene como objetivo principal gestionar los residuos del sector y adaptarse a unas normativas cada vez más exigentes. Algo a lo que no es ajeno al clúster azulejero, "un sector dinámico y vanguardista, que se ha adaptado a todas las situaciones adversas, y que ha hecho muy bien los deberes, al saberse mover en un mundo globalizado", ha afirmado. Una realidad en la que el medio ambiente "no se ha quedado fuera, ha sido para ellos una constante y está en la mesa de las decisiones del sector", ha apuntado Vidal. Tanto en los fabricantes de pavimentos y revestimientos como los fabricantes de fritas y esmaltes.

El representante de esta empresa ha hecho referencia a cómo la incertidumbre es una manera de generar oportunidades, y cómo él la ha aplicado en su propia vida. "Yo trabajaba en exportación en la cerámica y tenía un miedo enfermizo a volar, y pensé que quería seguir trabajando en el sector", por lo que optó por fundar esta compañía y hacer de ella una referencia. Algo que también ocurrió durante los inicios de la pandemia. "Cuando surgió el covid, hubo tiempo para pensar y buscar alternativas", ha dicho Vidal, para ampliar sus gamas de soluciones. Ahora se plantean ayudar en la revalorización energética. "Queremos ser actores que contribuyan a reducir la huella de energía, junto a las grandes compañías, y buscar soluciones", ha añadido.

Orígenes

CTR Mediterráneo nació en el año 2000, con la intención, ha detallado Vidal, de cumplir con dos intenciones iniciales: mejorar el medio ambiente y ser una herramienta al servicio de la cerámica. "Un compromiso con el sector, al que quisimos dar una gestión integral", ha detallado, al abarcar "esmalteras, fabricantes de cerámica, materias primas o atomizadoras, que tienen muchos elementos similares entre sí, pero también particularidades".

Para ello cuentan con unas instalaciones de 24.000 metros cuadrados, las autorizaciones pertinentes para realizar todos los procesos que desarrollan y una flota de vehículos, "para ser ágiles y aunar en este listado de servicios los equipos necesarios", entre los que el administrador cita portacontenedores, cisternas o cubas, "aprendiendo junto a nuestros clientes y proveedores y apoyándonos en ferias".

Etapas

Uno de los primeros elementos que trataron en sus instalaciones fueron los envases de materias primas. "Pasaron de tener un solo uso a contar con cuatro o cinco vidas mediante el proceso de lavado, hasta alcanzar 250.000 envases al año", ha comentado. Los que habían agotado su utilidad impulsaron luego una línea de reciclado, que valoriza cerca de 2.000 toneladas anuales.

Posteriormente se fijaron en una línea de reciclaje de garrafas de polietileno, con un volumen de 3.000 toneladas al año, que luego se unió a un mecanismo de reaprovechamiento del agua empleada para el proceso de limpieza de envases.

Uno de sus elementos más importantes es la instalación destinada a la revalorización de restos cerámicos, con capacidad para 16.000 toneladas al año, que pasan por balsas de un millón de metros cúbicos de capacidad y luego se dirigen a un atomizador para generar nuevos productos y destinarse de nuevo al sector.

El administrador de CTR Mediterráneo ha recalcado en este sentido que todos los actores "deben ser conscientes de la importancia de la reciclabilidad de los materiales". Algo en lo que quieren abundar, aprovechando todas las posibilidades que se ofrecen en estos momentos.