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ECONOMÍA
Entrevista del domingo Carles Peris Secretario general de la Unió Llauradora i Ramadera

"Sin precios dignos en origen, el campo no logrará atraer a los jóvenes"

El reciente reelegido líder de la Unió reivindica el papel del sector y lamenta que la Administración no lo respalde lo suficiente

Carles peris, reelegido secretario general de la Unió Llauradora i Ramadera. MANOLO NEBOT ROCHERA

Carles Peris (les Alqueries, 1977) acaba de ser reelegido secretario general de la Unió Llauradora i Ganadera. Pese a los que piensan que el sector está tocado y hundido, esté citricultor profesional está convendido del papel clave que juegan los agricultores y ganaderos de Castellón, aunque para ello deben plantar cara a los gigantes que se empeñan cada día en hacerlos sentir más pequeños. 

En su discurso del pasado domingo, una vez reelegido secretario general de la Unió, aseguró que el reto está en hacer frente a los gigantes. ¿A quién se refería?

Para el sector hay muchos gigantes, pero los tres más importantes son los grandes supermercados, la aparición de los fondos de inversión en la actividad agraria y la Administración. Los primeros tienen  una posición de dominio. Ellos ponen los precios y siempre presionan a la baja. Por eso trabajamos para que sean más responsables, que no se venda a pérdidas y que exijan estándares más elevados cuando compran fruta de fuera. Por otra parte, la aparición de fondos de inversión no es nada positivo para nuestro sector, ya que están desestabilizando el modelo valenciano, que es el más social y humano que existe. Sin ese modelo no habrá profesionales agrarios, sino empresas agrarias o ganaderas. Y la sociedad tienen que tener claro que esos fondos no van a garantizar la soberanía alimentaria, tal y como hacemos agricultores y cooperativas. La Administración también es un gigante. Está excesivamente burocratizada y es muy poco ágil a la hora de dar respuestas. 

Ha citado a la Administración como uno de los gigantes a los que derribar. ¿Se siente el sector arrinconado por los ayuntamientos, la Generalitat o el Gobierno?

La impresión que tenemos es que ahora, por fin, están empezando a tomarse en serio al sector y se han dado cuenta de que somos una actividad esencial. Lo vemos en el hecho, por ejemplo, de que se está empezando a ampliar algún presupuesto y se van consiguiendo cosas, como la campaña de promoción de cítricos valencianos que acaba de lanzar la Generalitat o la imposición del tratamiento en frío para las importaciones sudafricanas. No obstante, la Administración tiene que ser más ágil. No puede ser que un ganadero esté cinco años para conseguir una autorización para ampliar una granja. Del Ministerio echamos en falta una mayor implicación en gasto en sanidad vegetal. No es de recibo que dedique solo 14 millones de euros en las 17 comunidades autónomas y también lamentamos que no presiona lo suficiente en Bruselas para analizar el estado en el que se encuentra la revisión del acuerdo comercial con Sudáfrica y que tan importante es para la citricultura de la Comunitat. Por otra parte, las administraciones más próximas también deberían hacer un esfuerzo. Le hablo de los ayuntamientos. Las partidas más pequeñas que tienen son las de agricultura y eso ocurre incluso en municipios donde la base económica es esta actividad.

Carles Peris, en las instalaciones de Mediterráneo donde se realizó la entrevista. MANOLO NEBOT ROCHERA

Seguimos con la Administración. ¿No le da la impresión de que quienes están en los despachos y redactan las leyes, a veces, no tienen ni idea de lo que es el campo?

La Administración diseña y aplica leyes desde las oficinas donde la receta es café para todos. Y el café no sienta bien a todos. Se ve, por citar un caso, en la ley de bienestar animal. No se puede meter en el mismo saco al perro de un pastor que a un animal domésticos. Y lo mismo ocurrió con la ley de residuos, donde se equiparaba los restos de poda agrícolas con los residuos. Un despropósito.

La citricultura es, sin duda, la rama más potente del sector en Castellón y ahora estamos en plana campaña de la clemenules, la joya de la corona en Castellón. ¿Será una buena temporada?

En la campaña actual partimos de un aforo muy ajustado. Nuestros competidores también tienen menos producción y eso hace pensar que no habrá saturación en los mercados. Pero el problema este año está en el aprovechamiento comercial de la fruta. Por el cambio climático tenemos plagas como la mosca o la araña roja y eso hará que las liquidaciones no sean todo lo buenas que sería deseable. Y le pondré un ejemplo: necesitamos aprovechar entre el 75 y el 80% de la fruta que entra en el almacén para tener una buena rentabilidad. Todo lo que sea bajar de este porcentaje, como está ocurriendo en estos momentos, implica que las liquidaciones se ajustan mucho, ya que estamos soportando un aumento de costes de producción desorbitados y la confección es más cara que nunca.

Los últimos años han sido de pena para el sector, ya que en general los precios recibidos por los productores a duras penas han sido suficientes para cubrir gastos. ¿Cómo será el 2022?

El año va a ser muy complicado, los números difícilmente saldrán y el sector seguirá estando contra las cuerdas. Es cierto que los precios en origen han subido un poco, pero al productor no le beneficia porque ese poco lo ha perdido por los altos costes que está soportando. Por contra, estamos estamos viendo como el consumidor está pagando en el supermercado un precio muy alto, lo que demuestra que siempre se acaban aprovechando los mismos. 

Otro de los grandes problemas de la agricultura y la ganadería en Castellón es la falta de relevo. Y sin jóvenes el futuro pinta mal. 

Los datos ahí están y no hay ninguna duda de que el sector está envejecido. Y si no hay un precio digno en origen nunca vamos a revertir esta situación. Nadie invertirá en una actividad en la que no tiene garantizado un ingreso. No obstante, también estamos viendo que en el campo siempre hay nuevas oportunidades y no todos los años y en todos los cultivos las cosas van mal. Se están implantando proyectos que van saliendo adelante y, ahora por ejemplo y debido a los buenos rendimientos, hay algunos jóvenes que están apostando por los algarrobos.

Una de las esperanzas del sector agrario para conseguir precios justos estaba puesta en la Ley de la cadena alimentaria. ¿Se han cumplido las expectativas?

La norma intenta garantías para que no se venda por debajo de costes, pero la realidad es totalmente diferente y, para los productores, no supone ningún beneficio. Y todo porque la Administración no ha querido poner una horquilla de lo que cuesta producir un determinado producto. Y tampoco tiene un registro de contratos agrarios que nos permitiría quién está cumpliendo y quien no. H

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