CRISIS EN LA CERÁMICA

La azulejera Todagres retrasa su cierre definitivo

Los dueños de la histórica compañía y los representantes de los trabajadores llegan a un acuerdo en las condiciones del despido colectivo de la plantilla

Exterior de las instalaciones de la empresa azulejera Todagres, en Vila-real.

Exterior de las instalaciones de la empresa azulejera Todagres, en Vila-real. / MANOLO NEBOT ROCHERA

Bartomeu Roig

Bartomeu Roig

Los propietarios de la histórica compañía azulejera de Vila-real Todagres, el grupo Fuertes, y los representantes de los trabajadores ya han alcanzado un acuerdo para cerrar las condiciones del despido colectivo de toda su plantilla y el cierre de la empresa. Un proceso que comenzó en el mes de octubre, y que supuso un golpe para el sector, al ser de las primeras compañías en optar por el cierre definitivo tras encadenar varios años de pérdidas, con el consiguiente impacto en los más de 160 trabajadores. Hasta ese momento, las empresas habían decidido de manera casi exclusiva las regulaciones temporales de empleo (ERTE), lo que no implica despidos ni cierres de compañías. Posteriormente, otras empresas también optaron por abrir un ERE ante el agravamiento de la situación.

Tras agotar el mes de plazo de negociaciones se han establecido cambios respecto a las intenciones iniciales de Fuertes. De esta manera, los empleados percibirán una indemnización de 30 días por año trabajado, con un tope de 18 meses. «Esto es un 50% más que el mínimo legal», tal y como indican fuentes de la negociación.

Mejoras para los de mayor edad

El pacto implica que la empresa pagará cerca de un millón de euros en cotizaciones a los mayores de 55 años con el fin de que puedan llegar a la jubilación en las mejores condiciones posibles. El otro gran cambio tiene que ver con el cierre definitivo de las instalaciones. Estaba inicialmente previsto el 31 de diciembre, pero se ha retrasado al 31 de marzo, para agotar el estoc de producto disponible.

El mes de diciembre está marcado por las jornadas festivas del puente y las fechas navideñas, por lo que no se ha considerado un buen momento para avanzar en las ventas de este material.

Primeras salidas

La mayor parte de la plantilla que quedaba en Todagres ya ha salido de la empresa. Fueron 112 personas el día 24 de noviembre. A este proceso le seguirá, el 5 de diciembre, un segundo grupo de 40 personas, entre los que se encuentra personal de oficina. Un último grupo de ocho personas estará hasta el cierre definitivo, con la finalidad de vender el producto que aún está en las instalaciones.

Representantes de los trabajadores señalan que, dentro de las circunstancias negativas, se sienten «satisfechos» del resultado de la negociación. Ahora, la mayoría espera poder tener un hueco en otras empresas del sector, a pesar de la avalancha de paros temporales provocados por los costes del gas y la disminución de la demanda en mercados de exportación.

Motivaciones

El cierre de Todagres, avanzado por Mediterráneo a finales de septiembre, se debe a las pérdidas acumuladas de la empresa desde antes de la pandemia. La propiedad de la empresa, el grupo murciano Fuertes, recalcó en ese momento que la decisión de poner fin a la andadura «responde a la situación actual y al complicado escenario de la empresa, derivado de su inviabilidad a nivel operativo y económico a lo largo de los años». Fuertes se hizo cargo de Todagres hace casi una década, pero en todo este tiempo no fue capaz de relanzar el peso de una de las primeras compañías del sector. Con este cierre, el grupo opta por replegarse al sector agroalimentario, su principal actividad, con marcas tan conocidas como El Pozo.

El cierre ya tuvo como anticipo lo ocurrido en la feria Cersaie. El expositor en el recinto ferial de Bolonia ya estaba montado pero permaneció en todo momento sin actividad, ya que la propiedad decidió en el último momento no movilizar al equipo de ventas. Una estampa que indicó de forma clara el final definitivo de la compañía.

Suscríbete para seguir leyendo