Radiografía del sistema público

Los puntos negros de la sanidad en Castellón

Largas listas de espera en todos los niveles asistenciales están generando gran malestar entre los pacientes y los profesionales que reclaman más personal

Protesta del personal del Hospital General de Castelló para exigir refuerzos.

Protesta del personal del Hospital General de Castelló para exigir refuerzos. / GABRIEL UTIEL BLANCO

La sanidad pública vive tiempos convulsos. Tras hacer frente a una pandemia inimaginable, ahora el sistema se enfrenta a una nueva etapa en la que las debilidades de la que se consideró la mejor sanidad del mundo se han puesto de manifiesto. Largas listas de espera para una intervención, meses de demora para ver al especialista, un gran retraso para someterse a una prueba diagnóstica o semanas de espera para una consulta con el médico de familia son los principales problemas que se arrastran.

La crisis del coronavirus ha empeorado estas circunstancias generando un gran malestar entre los pacientes, pero también entre los sanitarios. Sin ir más lejos, el principal sindicato médico, CESM-CV, ha convocado una huelga para los días 17 y 18. De momento, el resto de sanitarios no se prevé que secunden el paro, aunque el enfado es cada vez más palpable por la falta de personal, pese al incremento de 700 plazas estructurales durante este año.

A esta coyuntura se une el enfado entre las enfermeras, después del contenido del examen de la macrooposición del pasado domingo. Estos son algunos de los principales problemas que arrastra la atención sanitaria pública en Castellón:

  • Más pacientes a la espera de una operación quirúrgica. La espera para someterse a una operación sigue siendo elevada en la mayoría de centros hospitalario, aunque la problemática ahora se focaliza en el incremento de pacientes que están pendientes de pasar por quirófano. Así, en octubre, había un total de 7.736 personas afectadas por esta demora, casi 700 más en un solo mes. Esta cifra llega a superar a la del pasado verano cuando se produjo un mayor repunte en los retrasos debido al periodo vacacional. En el Comarcal de Vinaròs se acumulan 112 días, en la Plana 98 y en el Provincial 132. Sin duda, este último centro sigue siendo uno de los hospitales con mayor lista de espera de la Comunitat. El General es el único que baja de la barrera de los 70 días al acumular 69. De todos modos, la paralización de operaciones por falta de anestesistas puede provocar un cambio en la buena tendencia y alargar las demoras.
  • Atasco en las especialidades. Uno de los principales atascos en el sistema sanitario está en especialidades, un tapón agravado, sin duda, por la pandemia, dado que los esfuerzos del sistema se centraron en hacer frente a un virus desconocido. Actualmente, según datos del Ministerio de Sanidad, cerca de 40.000 castellonenses están a la espera de una primera visita en consultas externas. Oftalmología, Traumatología o Dermatología son las especialidades con más pacientes en espera. 
  • Derivaciones a la sanidad privada. Los retrasos en las cirugías, así como en las pruebas diagnósticas, por ejemplo, seis meses para una resonancia, ha llevado a Sanitat a incrementar el presupuesto destinado al llamado plan de choque, en el que se deriva a los pacientes que aceptan a la sanidad privada. Una medida, que esta misma semana el conseller de Sanitat, Miguel Mínguez, ha rechazado aplicar para las especialidades, a pesar del atasco existente. De igual modo, como viene informando este periódico, el Provincial sigue con las derivaciones de pacientes oncológicos a una clínica privada de Valencia para recibir tratamiento oncológico por la falta de personal del centro, así como por un repunte en el número de pacientes que requieren asistencia.
  • Saturación en los centros de salud. Es el primer eslabón del sistema asistencial y el que está sufriendo un mayor incremento en el número de pacientes, lo que provoca esperas nunca vistas hasta ahora para ser atendido por el médico de familia. Una saturación que repercute en los servicios de Urgencias. Los profesionales remarcan que falta personal para hacer frente a agendas «desbordadas». Y es que el incremento de la demanda asistencial en los centros de salud se ha incrementado cerca de un 25%, según datos de Sanitat. El motivo, en palabras del conseller Mínguez, es que la ciudadanía está más preocupada por su estado de salud y ante cualquier indicio acude a su médico de cabecera. Además, primaria también es la que ha hecho frente a la campaña de vacunación contra el covid, por lo que se han tenido que destinar recursos humanos a esta necesaria tarea. 
  • Los sindicatos denuncian la falta de personal sanitario. A pesar del incremento de cerca de 700 nuevas plazas estructurales a nivel sanitario en la provincia, que cuenta con una plantilla de unos 8.000 profesionales, los sindicatos insisten en que falta personal. Por ejemplo, no hay reumatólogos, dermatólogos o urólogos en el Hospital Comarcal de Vinaròs, un importante déficit de anestesistas y personal de Urgencias en el General, mientras que, en la Plana, faltan facultativos en Reumaotología, Dermatología y Radiología. En cuanto a Enfermería, se requieren refuerzos de forma generalizada en el hospital de referencia de Castellón que justo esta semana ha protagonizado diversas protestas por este motivo.
  • Infraestructuras que no llegan. La Conselleria de Sanitat ha incluido en los presupuestos del próximo año en la provincia 23 actuaciones en centros de salud y hospitales públicos. El problema es que las cuantías de la mayoría de estas partidas son insuficientes. Sin duda, la mayor de las actuaciones es la reforma de Urgencias del General, que volverá a licitarse antes de final de año por 11 millones de años tras el abandono de la empresa adjudicataria del proyecto.
  • Una huelga de médicos en enero. Sin duda, una de las mayores preocupaciones ahora de Sanitat es intentar parar la huelga convocada por el principal sindicato médico, CESM-CV, para los días 17 y 18 de enero. El conseller confía en poder llegar a un acuerdo en la mesa de negociación para frenar la movilización que amenaza con paralizar las consultas en todos los sistemas asistenciales en un momento crítico como el actual.

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