ENTREVISTA | Vicente Nomdedeu Presidente de Ascer

El presidente de Ascer: "La energía se lleva uno de cada dos euros que ganamos"

El dirigente de la patronal repasa la situación del clúster cerámico

Vicente Nomdedeu, presidente de la patronal azulejera Ascer, en una visita al periódico ‘Mediterráneo’.

Vicente Nomdedeu, presidente de la patronal azulejera Ascer, en una visita al periódico ‘Mediterráneo’. / MANOLO NEBOT

Ramón Ferrando

El presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Azulejos y Pavimentos Cerámicos (Ascer) revela que, en el actual contexto económico, el sector azulejero ha comenzado a destruir empleo ante la imposibilidad de mantener la rentabilidad por el coste disparado de la factura energética. Ante este nuevo escenario, que afecta a la médula espinal de la industria provincial, analiza causas y plantea necesidades y soluciones.

¿Está en peligro la industria cerámica ante la tormenta perfecta que supone la invasión de Ucrania y la crisis energética?

Está en peligro toda la industria española intensiva en gas. Nosotros estamos en peligro.

¿Qué impacto está teniendo en el sector el imparable incremento del precio del gas?

La energía, la luz y el gas suponen casi el 50% de nuestra facturación. Eso este año. En el año 2021 representaban el 20%, algo más de mil millones para una facturación de 4.800 millones. Es un porcentaje muy difícil de absorber y, además, el resto de componentes también ha subido. Este año 2022 de cada dos euros que ganamos uno lo destinamos a pagar la factura energética.

Ha subido el peso de la energía en su costes del 20% al 50%, ¿todavía disponen de margen teniendo en cuenta que las materias primas también valen más?

Nos no queda margen. Nuestras empresas están perdiendo dinero. No somos capaces de pagar todo por el coste del gas. Nuestra tesorería cada vez está más mermada. Cuando se llegue a una tesorería cero, algunas desaparecerán. Pedimos ayudas porque ha desaparecido la liquidez de las empresas.

¿Cuál es la solución a este problema a largo plazo?

Necesitamos que baje el precio del gas. Nuestra idea es comprar la energía en origen. Porque comprar el gas en origen supondría pagar sobre 60 euros el megavatio hora (MWh). Hoy --el pasado jueves cuando se realizó la entrevista-- el gas estaba por encima de 140 euros el megavatio. El gas por encima de 100 euros significa que lo pagas cinco veces más caro que hace un año y medio. Hemos podido subir los precios para cubrir el gas a 80 euros, pero está más alto. Todo lo que es pasar de 80 euros es perder dinero. Imagínese cuando el gas estuvo a 200 euros (hace cuatro meses). El precio medio del gas en los ocho primeros meses del año fue de 124,76 euros MWh, con un coste de 236,08 euros en el mes de agosto.

¿Qué pasa con esos vaivenes en el mercado del gas?

El mercado del gas es muy complicado. Hay muchísima especulación. Un alto cargo de Bruselas advirtió hace unos días de que de cada diez euros que se mueven en el mercado nueve son por la especulación. En el mundo hay gas más que suficiente para todo el mundo. El problema es que no está en el sitio adecuado y encima nos estamos pegando con quien lo tiene: Argelia y Rusia.

¿La llegada del frío puede complicar la situación?

Con el buen tiempo, los almacenes de gas en España se llenaron por encima del 90%. Además, el tiempo ha sido cálido y no ha hecho falta mucho gas sobre todo en Centroeuropa. Y una tercera circunstancia ha sido la bajada de la demanda industrial de gas con una caída del 40% por la reducción de la producción. Estamos en una buena situación de partida, pero con el frío la demanda va a aumentar.

¿Cuántos empleos se han perdido este año?

Entre enero y octubre ha habido 71 ERTE (expedientes de regulación temporal de empleo) con 8.468 empleados afectados y 6 ERE (expedientes de regulación de empleo) con 489 despidos. Esto repercute en todo el sector: los ERTE en el sector de los esmaltes empezaron este año y en el transporte directamente han despedido.

¿Cómo van a ser los próximos meses para el sector?

En los próximos meses vamos a seguir igual, por eso reclamamos ayudas. Tenemos el problema añadido de la caída de la demanda por la crisis internacional. Hay mercados donde las ventas se están frenando, sobre todo Europa.

La Generalitat anunció la semana pasada la concesión a las empresas del sector de 50 millones en créditos a devolver en cuatro años, ¿es suficiente?

Esa ayuda es totalmente es insuficiente. El coste de la factura del gas al final del año será de 2.126 millones de euros (un incremento del 214%) y el de la electricidad de 440 millones (68% más). Lo que más falta hace son las ayudas del Gobierno central, que sabe que el sobrecoste energético está por encima de los 2.000 millones.

¿Qué le piden al Estado en la actual tesitura?

Que nos compense ese sobrecoste. Por lo menos, que nos den parte. Que nos lo den como quieran, pero necesitamos ayuda. Hay que salvar la industria.

¿Qué está haciendo Italia con las empresas azulejeras?

En Italia las empresas azulejeras están recibiendo bastante más ayuda. La ayuda más importante es en la factura del gas. Tienen un descuento del 30% en la factura. El 30% de 2.200 millones son más de 660 millones de euros. Solo en ese concepto tendríamos 660 millones menos de problema.

¿Están preocupados por el frenazo que está experimentando el sector inmobiliario?

Estamos muy preocupados. En una situación de crisis la gente no come azulejos. Las familias primero gastan en comida y para llegar a sectores como el nuestro la economía tiene que estar más recuperada.

¿Cuándo será el hidrógeno verde una realidad como alternativa al gas?

El hidrógeno verde es una quimera. No tenemos ni idea de si será una realidad. Tenemos un desconocimiento total. La planta piloto que vamos a montar el año que viene es el inicio de un estudio de innovación totalmente disruptivo. No sabemos qué va a pasar con el hidrógeno verde en las tuberías. En otros sectores, la llegada del hidrógeno verde puede ser más sencilla. No es nuestro caso. Es necesaria una gran inversión en tecnología, infraestructuras y producción del hidrógeno. Todo eso está comenzando ahora.

Entonces, ¿cuál es la alternativa que debería plantearse?

Insisto en que la solución pasa por conseguir gas más barato en origen. Desde que el gas atraviesa la aduana pasa de costar 50 a 150 euros. Hay mucha especulación e intermediarios de por medio. Si evitamos la especulación y los intermediarios, lograríamos grandes descuentos. El problema es que una empresa sola no es buen cliente para un productor de gas. Hay que conseguir un mínimo de empresas. Lograr un volumen mínimo para negociar y que seas un cliente interesante para el proveedor. Somos conscientes de que se trata de una solución complicada, pero es algo real y viable. Cuanto más tardemos en conseguir gas barato, más años tendrá que aportar ayudas la Administración. El auténtico problema es el precio del gas. Hay que bajarlo.

Por cierto, ¿a cuánta gente da trabajo el sector?

El año pasado eran 17.126 trabajadores de forma directa. Entre indirectos e inducidos son 70.000 empleos. De tres personas que trabajan en Castellón, una está vinculada a la cerámica. 

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