La brecha salarial de género crece de nuevo en Castellón en plena crisis de precios

Las trabajadoras de Castellón afrontan la crisis de precios de este año en condiciones incluso peores que los varones, que también ven caer su poder adquisitivo.

El hecho es que la brecha salarial ha vuelto a crecer y de forma sustancial en 2021, de manera que las mujeres ven cómo sus ingresos bajan una media del 8% mientras la inflación crece el 8,1 en 2022. El resumen es que el impacto se dobla y el colectivo contaría con un 16% menos de dinero para afrontar este difícil ejercicio económico en la provincia.

El último informe hecho público por la Agencia Estatal de Administración Tributaria (Aeat) refleja que, mientras los sueldos de los hombres crecen en doce meses en 1.140 euros, al pasar de 22.288 euros anuales en 2020 a 23.428 en 2021, los salarios de las féminas apenas crecen en 640, con un promedio al cierre del último ejercicio de 16.940 euros.

Además, la diferencia entre los ingresos de los varones y los de las mujeres han pasado en el periodo estudiado de 5.998 euros a 6.488, de manera que la brecha se ensancha en 500 euros.

Sectores más desfavorecidos

El secretario general de UGT en Castellón, Francisco Sacacia explica que «la brecha laboral de género crece porque los sectores más desfavorecidos como el agrícola, el comercio y otros servicios están ocupados mayoritariamente por mujeres, en su mayor parte, con sueldos en torno al Salario Mínimo Interprofesional (SMI)». 

Sacacia recuerda que en el primer trimestre de este año había «satisfacción porque el empleo femenino había mejorado, pero esa evolución se ha ido al garete con la crisis energética y de precios».

Además, apunta que, si bien el azulejo pasa ahora por un momento muy difícil, con ERTE e incluso cierres, «esto pasará, pero será el colectivo masculino el que seguirá adelante, porque son hombres la mayoría de los ocupados en la industria».

Sueldos bajos y en ‘b’

Desde CCOO, su secretario general en Castellón, Albert Fernández, coincide en líneas generales con la valoración de Sacacia, y pone el acento, además, en que, además de trabajar en las actividades que están peor pagadas y más precarizadas, las mujeres están afectadas por el desempeño de tareas que forman parte de la economía sumergida. Se trata de muchas trabajadoras de la limpieza en domicilios, que cobran en b, por lo que no cotizan a la Seguridad Social y carecen de los derechos que ello supone. Es una situación similar a la de cuidadoras de ancianos o enfermos en sus casas.

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