El Periódico Mediterráneo

Historia de los cines en Castelló: Del esplendor al ocaso de las salas en la ciudad

Saboya, Rex, La Paz, Astoria, Victoria, Avenida, Azul o Casalta fueron algunos de los cines más populares de la ciudad, convertidos hoy en tiendas de ropa, perfumerías, herbolarios o farmacias

Texto: Rafa Fabián | Diseño: Juan Carlos Gozalbo

Valladolid cuenta con uno de los festivales de cine más prestigiosos a nivel nacional como es la Seminci. ¿Saben cuántas salas de cine hay en Valladolid? Cero. Vamos a Italia. El Festival de Venecia no solo es uno de los más populares del país transalpino, sino que su popularidad trasciende al ámbito internacional, pues allí se dan cita cada año buena parte de las estrellas de la gran pantalla. Curiosamente en la ciudad de los canales tampoco podremos ver ninguna película, pues todos sus cines están cerrados en la actualidad.

La situación en Castelló no es hoy mucho mejor en lo que a su núcleo urbano se trata, aunque por suerte los vecinos de la capital de la Plana podemos acudir a los centros comerciales Estepark y Salera, donde sí se proyectan a diario los grandes estrenos del séptimo arte. Hace no tantos años, eso sí, el panorama cinematográfico de la ciudad era bien distinto, con salas diseminadas por buena parte de los barrios de la ciudad.

La relación de Castelló con el cine está plagada de luces y sombras. Entre estas últimas destaca sobre manera la tragedia del cine La Paz en la que fallecieron 21 niños y un joven soldado en una fatídica tarde del 17 de noviembre de 1918. También en el apartado de historia negra podemos encuadrar el incendio del Saboya del 3 de septiembre de 1992 en el que por suerte no hubo que lamentar daños personales, pese a que la sala quedó completamente calcinada.

En cuanto a las luces hay que destacar la pasión que Castelló ha mostrado siempre por el séptimo arte, como atesoran las más de 25 salas abiertas desde 1907.

En el siguiente mapa se muestra la localización de las principales salas históricas de la ciudad. Pulsa sobre los números para conocer sus datos:

El mejor reestreno para el Cine Rex

Para demostrar la afición que Castelló ha demostrado siempre por la gran pantalla nos detendremos en la siguiente anécdota relatada por uno de los grandes empresarios del cine en la provincia, Alejandro Payá, que conoció los años de gloria como antes hicieron Renau, Dávalos o Casalta. “El sábado 1 de enero de 1983 comencé a explotar el Cine Rex proyectando la película E. T., el extraterrestre. Llenamos las tres funciones del sábado y el domingo; 1.100 personas en cada una de ellas, lo que da un total de 6.600 localidades vendidas, así que el lunes 3 de enero me fui al banco a ingresar un millón de pesetas, que era el importe de cinco años de alquiler, que había conseguido en solo dos días”, para que digan que en Castelló no gusta el cine… “En total 54.323 vieron esta película en el Rex. Teniendo en cuenta que la población entonces no llegaba a 125.000 personas, vinieron la mitad”, recuerda Payá.

Icónica imagen de E.T., el extraterrestre

Icónica imagen de E.T., el extraterrestre

Antes del éxito de la película de Spielberg en la capital de la Plana llegaron otras menos reconocidas a día de hoy como ‘No desearás al vecino del quinto’ protagonizada por Alfredo Landa, que batió todos los récords del cine Saboya con siete semanas consecutivas en taquilla, superando las cuatro semanas de ‘El Cid’ de Charlton Heston –rodada en Peñíscola-, o las tres de ‘El último cuplé’ de Sara Montiel.

Del destape a Amenábar

En los años 70 destacaron tanto en Castelló como en el resto del territorio nacional las películas del destape. Aún recuerdan en la capital de la Plana el grito de un espectador cuando vio el desnudo de Nadiuska, entonces celebérrima y en la actualidad caída en desgracia: “¡Vaya felpudo!”, aseguran que exclamó durante la película ‘Desnuda inquietud’. Otros por su parte preferían a Amparo Muñoz y su actuación ya como Miss Universo en ‘Tocata y fuga de Lolita’, que levantó también una gran expectación.

Al hilo de esta cuestión nos permitirán que nos desplacemos brevemente a Artana, donde en 1976 la madre del cura del pueblo llamó a la Guardia Civil para que desalojase el cine porque se proyectaba una película subida de tono. “Todos se van a condenar y ellos no lo saben”, aseguran que alertó esta preocupada señora a la Benemérita.

Destacar también que Castelló –en concreto el cine Saboya-, sirvió para estrenar ‘Tesis’, ópera prima del hoy laureado director Alejandro Amenábar, ganador de 9 Goyas y un Oscar entre otros reconocimientos (imagen). ‘La muerte de Mikel’, con Imanol Arias como protagonista, también vio la luz en la capital de la Plana, aunque en este caso se eligió el Cine Azul para su primera proyección.

Así empezó el cine en Castelló

Uno de los grandes inventos del siglo XX llegó a finales del XIX. Hablamos del cinematógrafo de 1894 de los hermanos Lumiére. Poco después llegarían a Castelló las primeras proyecciones como apunta Clara Ribes en el libro ‘Castellón en sesión continua’ del que se extrae buena parte de la información de este artículo. En concreto fue el 10 de diciembre de 1896 cuando tendría lugar la primera sesión cinematográfica en el Teatro Principal de la ciudad.

Clara Ribes, periodista y escritora del libro 'Castellón en sesión continua', frente al bazar chino de la Calle Campoamor que se sitúa donde antes estaban los Cines Casalta.

Clara Ribes, periodista y escritora del libro 'Castellón en sesión continua', frente al bazar chino de la Calle Campoamor que se sitúa donde antes estaban los Cines Casalta.

Poco después, en la Plaza Tetuán se estrenaría el Cinematógrafo Lumière, que estaría abierto desde marzo hasta abril de 1898, al que seguirían el Teatro Nuevo de la actual calle Escultor Viciano. Distintos cinematógrafos se abrirían paso en los años posteriores por distintos puntos de Castelló hasta que el 12 de octubre de 1908 abriría el Cine La Paz en la esquina de las actuales calle Asensi y Herrero. Esta sala permanecería abierta hasta 1984 pasándose a llamar Doré, primero, y Rialto, después. Fue allí como decíamos donde se sufrió una de las grandes catástrofes de Castelló.

Qué pasó en el Cine la Paz

Como ya pasara años antes en el Teatro-Circo del Ensanche de Bilbao, donde hubo más de 40 víctimas mortales, en Castelló una falsa voz de alarma provocó un alud humano que acabaría con la vida de más de dos decenas de personas: 20 niños, una niña y un soldado de Benicàssim que trataba de salvar a un pequeño. Ocurrió un fatídico 17 de noviembre de 1918 y se proyectaba la película ‘Los Huérfanos del Puente de Nuestra Señora’, una sesión dedicada a los más pequeños. Ese día el cine estaba abarrotada porque las entradas eran más baratas y la lluvia impedía realizar cualquier actividad al aire libre.

Otros puntos de la provincia como Vila-real tampoco fueron ajenos a las tragedias en los cines. El 27 de mayo de 1912 en el cine La Luz fallecieron 69 personas, con más de un centenar de heridos. En este caso sí fue un incendio lo que provocó la tragedia, pues se inflamó la cita ‘Alma de Traidor’ que se proyectaba durante unas fiestas de San Pascual.

Los felices años 20

En la década de 1920 abrirían en la capital de la Plana salas como Royal, que permanecería abierta hasta 1939, Goya o Victoria, que no cerraría hasta los 60. Las dos primeras estarían gestionadas por Vicente Renau Torrent, uno de los empresarios pioneros en estas lides en lo que respecta a Castelló.

En el centro de Castellón competían los estrenos en los diferentes cines

En el centro de Castellón competían los estrenos en los diferentes cines

Durante la Guerra Civil algunos cines de Castelló como el Royal, el Doré o el Goya servirían como instrumentos de propaganda proyectándose películas de ambos bandos, dependiendo de cuál fuera el que tuviera mando en plaza en la ciudad, mientras que otros como el Capitol, ubicado en la calle Asensi, recibiría el impacto de un proyectil en la contienda. También en la calle Asensi, donde hoy podemos ver una farmacia, se instaló el Cine Actualidades que permaneció abierto de 1936 a 1941 gestionado por Salvador Dávalos.

Salvador Dávalos Masip se hizo paulatinamente con un buen número de salas en la ciudad tras la Guerra Civil con su empresa Esyde SL. Desde el Cine Saboya al Rialto, pasando por el Teatro Principal, el Romea de la Calle Enmedio, el Goya, el Casino Canet, el Savoy (después Saboya) o el Costa Azul (después Azul) pasarían a ser explotados por este empresario en los años 40.

En 1946, Dávalos tendría competencia con la inauguración del Cine Rex que gestionaban José Clausell y Juan Vicent Belsa, abriendo en la Calle Asensi en un solar que había sido primero un almacén de naranjas y después un frontón. En los 70 también se sumaría José María Casalta al alquilar la sala San Pablo a la parroquia de Santa María, pasándose a llamar el cine Condal 2, y posteriormente abriendo el Cine Casalta en la calle Campoamor el 6 de diciembre de 1983.

Entre 1950 y 1960 abrieron en Castelló salas como la Condal 2 (1956), en lo que ahora es una hamburguesería de la Calle Pescadores; Avenida (1964), en lo que hoy es una notaría; Astoria (1969), en la que posteriormente se proyectarían las películas S, es decir, eróticas, que no pornográficas; o Costa Azul (1955), que en un primer momento se conocería por sus sesiones vespertinas de los domingos con películas del oeste y en 1979 pasaría a manos de Alejandro Payá con el nombre de Cine Azul.

Un cine puntero en Europa

El Cine Azul, ubicado en la calle Conde Noroña y que ahora pertenece al Hotel Jaime I, fue remozado profundamente para su reapertura del 13 de abril de 1979. “Lo abrimos con ‘El Expreso de Medianoche’ y compramos butacas punteras en Europa fabricadas en Francia, el mejor proyector del mercado, que era de Italia; la sala la insonorizamos y refrigeramos… era una pasada”, recuerda Alejandro Payá, que llegó a gestionar 79 salas de cine en toda España: “En el Azul conseguimos la mayor afluencia de público en relación a la población de la ciudad con ‘Titanic’ con más de 60.000 espectadores. Nos dieron un premio y todo por ello”.

Cine ABCD Rafalafena

Cine ABCD Rafalafena

Otro de los cines que abriría este empresario en Castelló fue el ABCD Rafalafena, que permanecería activo durante 12 años y fue el último en cerrar, en 2008: “Tenía cuatro salas y mil localidades. Estuvo abandonado diez años, hasta 2018, cuando se montó un gimnasio”. Donde antes se ubicaba un cine hoy podemos ver comercios como Kiabi en la Ciudad del Transporte, antes Abaco, o Druni en la Plaza de la Paz, antes Cine La Paz, Doré y Rialto, o un bazar de productos asiáticos en lo que fue el Casalta. Por su parte, el Saboya de la Puerta del Sol se convertiría más tarde en un herbolario.

El incendio de los ‘pistoleros’ del Saboya

Cine Saboya

Cine Saboya

Payá, que llegó a ostentar el cargo de secretario general de de la Federación Nacional de Empresarios de Ocio y Espectáculos, recuerda en la actualidad cómo vivió el incendio del Cine Saboya que gestionaba cuando quedó completamente calcinado aquel 3 de septiembre de 1992: “Todo ocurrió un miércoles, día del espectador. Se proyectó ‘Arma Letal’ y la sala estaba llena. Tenía que limpiarse al día siguiente por la mañana, por lo que se quedaron allí todos los botes, papeles… Por las rejas de la puerta se colaron de madrugada Dani y sus dos amigos, que se divirtieron tirando colillas a ver qué se quemaba, hasta que consiguieron quemar todo el cine”.

Gracias al seguro este empresario logró reconstruir el cine, pero las andanzas de Dani no terminarían ahí: “A los seis meses de quemarme el cine entraron con pistolas a atracar el Pryca, les pillaron y les metieron en la cárcel”. El Saboya se especializó en comedias como el Goya se popularizó en su día para películas infantiles o el Avenida para cine de acción.

Cada sala tenía así su propia historia que se mantuvo hasta que llegó el goteo de cierres al sector. Hoy en día como decíamos al principio en la ciudad solo se mantienen abiertos los cines Salera Box y el Ocine Estepark, aunque nostálgicos y cinéfilos cruzan los dedos para volver a disfrutar del séptimo arte sin la necesidad de coger el coche.

La historia del cine en el Grau

¿Y qué hay del Grau de Castelló? Pues la relación del barrio marítimo con el séptimo arte ha sido también muy estrecha y trasciende mucho más allá de los extintos Neocine de los que todavía se conserva el imponente esqueleto junto al mar, donde en su día proliferaron las terrazas como la del Sindical y los cines de verano.

Estado actual del Neocine del Grau de Castelló tras su reciente.

Estado actual del Neocine del Grau de Castelló tras su reciente.

Podríamos comenzar el repaso de estas salas según apunta Clara Ribes en su libro con el Cinematógrafo Kok de la Calle Churruca abierto en 1915 y el Cine Público de la calle del Serrallo de 1916. Posterior sería el Cine Imperial de la calle Virgen del Carmen o el Casino Canet de la Calle Canalejas que estuvo operativo hasta los 60 o el Cine marina de la actual Plaza Pintor Porcar. Hasta el 31 de diciembre de 1981 y desde los 50 se mantendría en activo el Cinema Serradal, ubicado en la esquina formada por las calles Gravina y Magallanes.

Cines célebres en la provincia

Reportajes como este lo podrían tener un buen puñado de municipios de la provincia. Todo se andará, pero mientras tanto vamos a repasar algunas de las salas más conocidas de algunos de los núcleos urbanos más importantes de Castellón. En Vila-real, por ejemplo, destacaron el Real Cinema, hoy Auditorio Municipal, así como el Cine Bahía, Cine Infanta o Condal.

En Onda destacaron el Cine España o el Ideal (imagen), así como el cine en el Colegio Virgen del Carmen. Además el Cine Mónaco contaba con fama que trascendía las fronteras municipales. Nos vamos a la Vall d’Uixó, donde funcionaron el Cine España, el Cine Moderno, Cine Lys y Gran Vía, sin olvidar el Cine Club La Colla.

Cine Ideal de Onda, con largas colas en las taquillas.

Cine Ideal de Onda, con largas colas en las taquillas.

En Burriana, el Teatro Oberón se transformaría en el Cine Payá, funcionando también el Teatro Principal de Los Cosmes o el Cine Viciana y Cine Requena. En la vecina Almassora se contaban los cines Winsor y Niza, así como el antiguo Teatro Serra.

En el Baix Maestrat, Vinaròs disfrutaba de los cines Coliseum de la calle San Pascual, Cine Ateneo y Cine Moderno. Por su parte, en Benicarló los Cines Capitol, Regio y Rex fueron los más conocidos.

Para concluir con el repaso nos iremos a Borriol, con su Cine Cervantes y Avenida; mientras en La Pobla Tornesa el Cine Parroquial proyectaba sus sesiones en la Cooperativa Agrícola. Destacar también el Cien Bohío de Benicàssim, donde se disfrutaban de grandes estrenos a la luz de la luna. En resumen, una provincia de cine que en buena parte añora esas salas urbanas en las que estaba permitido soñar. 

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