CASO EXCEPCIONAL A LAS PUERTAS DE NAVIDAD

Hallazgo inusual en Castellón: al rescate de enjambres de abejas en diciembre

Los expertos explican que estos insectos empiezan a dejarse ver sobre el mes de marzo, eso sería lo habitual si no fuera porque algo está cambiando en el clima y los ciclos vitales de los seres vivos

El apicultor Javier Ventura retira un enjambre de abejas en vísperas de Navidad.

El apicultor Javier Ventura retira un enjambre de abejas en vísperas de Navidad. / MEDITERRÁNEO

A las abejas no les gusta el invierno. Cuando las temperaturas son muy bajas, como en otras muchas especies de seres vivos, se dedican a hibernar escondidas en sus panales. De hecho, su supervivencia depende de que las temperaturas no disminuyan en exceso, por debajo de 10º C pueden morir. Lo habitual en un mes de diciembre en estas latitudes sería que las mínimas —incluso las máximas— fueran frías, por no decir gélidas. Pero no lo están siendo y esa circunstancia está modificando los ciclos vitales de numerosas especies, entre ellas, las indispensables abejas.

Buena prueba de ello ha sido un hecho que se ha producido estos días en un municipio de la provincia de Castellón y que se puede calificar de totalmente inusual. El apicultor de Burriana, Javier Ventura, tuvo que realizar una tarea de lo más habitual en su oficio, pero no cuando apenas faltan unos días para que acabe el año, recién estrenado el invierno. Sacó una de sus cajas para rescatar un enjambre de abejas de la vía pública.

Explica Ventura que lo sucedido, en parte, tiene una explicación. «Un apicultor de la zona me ha contado que se le murió la reina de una de sus colmenas», razón más que suficiente para que las abejas la abandonen en busca de una sustituta. Lo que ya no responde a la lógica es que suceda en esta época del año. De hecho, está bastante alejado de lo que podría considerarse normal porque, de hecho, el invierno es una amenaza para estos insectos: las bajas temperaturas pueden matarlas y, en teoría, no encuentran el néctar con el que se alimentan. Pero la teoría se queda sobre el papel cuando algo está cambiando en el clima.

Los expertos llevan años avisando de que el comportamiento de muchos animales, vertebrados e invertebrados, se está viendo modificado con las alteraciones de la meteorología. Entre ellos se encuentran las abejas, que rompen con la hibernación demasiado pronto, un riesgo que preocupa en un especie ya de por sí amenazada y que es vital por su función polinizadora.

Javier Ventura acudió al lugar indicado y logró que las abejas se pusieran a resguardo en un panal donde estarán a cobijo y tendrán alimento durante todo el invierno, cuando llegue el frío. Lo cierto es que las temperaturas de esta Navidad no solo invita a las abejas a buscar la primavera, también provoca que aparezcan flores donde deberían haber heladas, y mangas cortas donde deberían abundar los abrigos y las bufandas.

Cambios preocupantes

Los apicultores advierten, los ciclos vitales de las abejas requieren de varios meses de frío continuado. Los cambios de calor a frío que se están sucediendo y se intuyen para los próximos días «destruyen las colonias». Quienes trabajan con las abejas y saben de lo importante de su misión señalan que la alteración de los ajustes de las colonias podría tener, a largo plazo, preocupantes consecuencias en la polinización de cultivos y plantas silvestres.