Más de 43.000 hogares soportan un gasto desproporcionado de luz y gas en Castellón

Las viviendas que restringen el uso de la calefacción se triplican en cuatro años

Una persona mayor mira la factura de la electricidad mientras calcula cuándo poner la lavadora para minimizar el gasto en esta energía.

Una persona mayor mira la factura de la electricidad mientras calcula cuándo poner la lavadora para minimizar el gasto en esta energía. / PILAR CORTES

M. Amoriza / P. Pérez

Las facturas de luz y calefacción presionan las economías domésticas de Castellón hasta el punto de que los costes energéticos fuerzan recortes más allá de lo razonable en la utilización de calefacciones y aire acondicionado.

En el conjunto de Castellón, Valencia y Alicante, el 18% por ciento de los hogares soportan un gasto desproporcionado de energía, según el informe que recoge los indicadores de pobreza energética que acaba de publicar el Ministerio de Transición Ecológica correspondientes al cierre de 2021. Es decir, al inicio de 2022, antes de que Rusia invadiera Ucrania y la guerra disparara aún más los precios, en una escalada que apenas se ha frenado en el último trimestre, en la provincia ya había más de 43.000 familias castellonenses, de un total de 239.500, que destinaban una proporción excesivamente alta de sus ingresos a cubrir las facturas de los gastos energéticos.

Sin duda, cuando en diciembre de 2023 se conozcan los datos del pasado ejercicio, la situación, que había mejorado dos puntos, al bajar del 20% al 18% mencionado, quedará reflejada como sensiblemente peor en la actualización de los indicadores del Ministerio.

El gasto desproporcionado en las facturas de electricidad y calefacción es uno de los indicadores que utiliza el Gobierno para medir la pobreza energética, que define como la situación en la que se encuentra un hogar en el que las necesidades básicas de suministros de energía no pueden ser satisfechas, como consecuencia de un nivel de ingresos insuficiente, y que puede ser posiblemente agravada por disponer de una vivienda ineficiente en energía.

Ligero descenso

En el conjunto nacional los hogares con un gasto excesivo en energía bajaron ligeramente hasta el 16,4%, una media 1,6 puntos inferior a la castellonense y del resto de la Comunitat Valenciana. El Ministerio de Transición Ecológica lo atribuye «al efecto positivo de las medidas fiscales y de acción social tomadas por el Gobierno tras la pandemia de COVID».

Según el análisis que realiza el Ministerio de Transición Ecológica a nivel nacional, el gasto desproporcionado en luz y gas no afecta por igual a los distintos tipos de hogares. Así,

en el caso de los mayores que viven solos la incidencia se dispara hasta el 27,8% por ciento. También hay un 21,9% de familias monoparentales con pagos excesivos en relación a sus ingresos. Estar en el paro es un factor de riesgo. De hecho, más de la mitad de los núcleos en los que el cabeza de familia no tiene trabajo también está en esta situación.

Otro indicador que usa el Ministerio de Transición Ecológica para medir la pobreza energética es la imposibilidad de mantener una temperatura adecuada en la vivienda en invierno. 

Precaución

Y ahí los datos son también alarmantes. En Castellón, Valencia y Alicante, el 15,5%, más de 37.000 familias, han restringido el uso de energía en sus hogares como medida de precaución para poder hacer frente al pago de sus facturas. Su número se ha triplicado respecto a 2018, cuando el porcentaje de hogares que no usaban la calefacción por falta de recursos era solo del 4,7%. Pero no es una tendencia exclusiva de la comunidad autónoma, pues ha ocurrido algo similar en el conjunto nacional.

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