Castelló ha sido una de las 45 ciudades españolas que, convocadas por la plataforma No a la Caza (NAC), han salido este domingo a la calle para exigir la abolición de la caza en un acto que ha contado con la participación de un millar de personas, según la organización, convirtiendo la cita en una de las manifestaciones más participativas de esta naturaleza en la capital de la Plana.
Desde el 2012, el primer domingo de febrero quienes están en contra de esta afición y práctica deportiva, en respuesta a la llamada de la plataforma, muestran públicamente su oposición a lo que consideran «un negocio» que se fundamenta «en una falacia repetida en cada temporada de caza: el mito de la superpoblación convertido en el pretexto de la matanza».
En esta ocasión, al lema principal se ha sumado otra reivindicación, la de evitar la modificación que de la nueva Ley de Bienestar y Protección Animal que está sobre la mesa y que afectaría a los perros de caza, que no se verían sometidos a las exigencias que sí se establecen para otras razas. Los manifestantes, bajo el lema «Mismos perros, misma protección», han denunciado públicamente el que consideran un sinsentido, al pretender distinguir entre razas dependiendo del uso que se le dé al animal.
Especialmente vulnerables a esa calificación que los sacaría de la regulación de la ley están los galgos y los podencos, dos razas para las que se pidió la garantía de protección.