La pelea por la visibilidad del senador de Castellón Carles Mulet

El senador por Castellón recorre su atípica carrera en la Cámara Alta en un libro

Un momento de la presentación del libro 'Una temporada en el Senado' de Carles Mulet, esta semana en Castelló

Un momento de la presentación del libro 'Una temporada en el Senado' de Carles Mulet, esta semana en Castelló / GABRIEL UTIEL BLANCO

Maribel Amoriza

Maribel Amoriza

Ruido mediático y la consiguiente visibilidad. Con mejor o peor acierto, Carles Mulet, senador territorial de Compromís por Castellón desde 2015 --con múltiples interrupciones por elecciones generales repetidas y repetidas-- ha logrado que en Madrid, y en particular en una Cámara Alta cuyo sentido de existir cuestionan tantos, se hable de él, de Castellón y de otras tierras olvidadas, en una cruzada por sacar de las sombras territorio e institución.

Ahora, con retraso sobre lo previsto, según explica, está de gira para presentar su libro Una temporada en el Senado, trabajo que cofirma con Emma Zafón y que ha sido coordinado por su mano derecha durante esta trayectoria, Jordi Maura. Se trata de una obra en la que repasa lo que ha supuesto y cómo ha sido compartir escaño en el escenario parlamentario de la capital, el trabajo y también las anécdotas, que no son pocas, que ha protagonizado con la obsesión de sacar a la luz las tareas realizadas y, sobre todo, asegura «la realidad y necesidades de Castellón».

Portada del nuevo libro de Carles Mulet

Portada del nuevo libro de Carles Mulet / Mediterráneo

La polémica que le persigue, con su connivencia y participación activa, le ha acompañado, de hecho, esta semana en Castelló en la presentación de su libro en el Menador el pasado jueves, acto que un grupo de ¿alborotadores? trató de reventar con pitadas, carteles y hasta empujones por su activismo para la retirada de símbolos franquistas, entre ellos, la trasladada cruz del Ribalta.

Sin duda, la actividad de Carles Mulet y su equipo ha sido y es, como mínimo, más intensa que la de cualquier otra de las señorías que tienen un asiento en el Senado, con 17.000 preguntas y 4.000 peticiones de documentación, en un periplo salpicado de «preguntas irreverentes e incómodas, rozando el límite de la originalidad y con dudas de si te has pasado o no», como el mismo relata. Odiado o querido, está lejos de despertar indiferencia y, en cualquier caso, asegura: «Hemos puesto Castellón en el mapa, ahora se habla por primera vez en Madrid de Castellón y sus problemas».

Desde exhibir una naranja en el atril de la Cámara Alta, hasta portar una camiseta cuyo lema tachaba de ladrones a los borbones u otra reivindicando una financiación justa para la Comunitat Valenciana, pasando por romper en directo una fotografía de la socialista andaluza Susana Díaz son solo algunas de las actuaciones más sonadas de Carles Mulet.

Otras igual o más potentes para lograr resonancia son preguntas dirigidas al Gobierno como: ¿Se ha comprado el silencio de Bárbara Rey? ¿Se lee el Gobierno las preguntas del Senado? o una de las más conocidas y puede decirse que locas: ¿Qué protocolos tiene adoptados el Gobierno ante la posibilidad de un apocalipsis zombi?

El senador de Compromís afirma sin complejos: «Hemos creado un personaje lleno de anécdotas, pero detrás hay un trabajo muy serio». A la vista el mencionado número de iniciativas parlamentarias de todo tipo planteadas. Llegados a febrero de 2023, año electoral, Carles Mulet asegura que está «disponible, con ganas y energía» para continuar.

El libro puede ser «punto final o punto y seguido».

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