su nombre ya ha pasado a la historia de la sanidad castellonense

El primer trasplantado de riñón en Castelló: "Me ha cambiado la vida"

Alberto Ramia se recupera favorablemente de la operación renal a la que fue sometido este mes en el Hospital General

Alberto se recupera favorablemente del trasplante renal.

Alberto se recupera favorablemente del trasplante renal. / Mediterráneo

Su nombre forma parte ya de la historia de la sanidad castellonense. Alberto Ramia nunca pensó que sería la primera persona a la que se le trasplantaría un riñón en el Hospital General de Castelló, un centro que ha realizado este mes de marzo esta intervención tras años de reivindicaciones desde el ámbito sanitario y político para que la provincia dejara de ser la única de la Comunitat sin tener un hospital trasplantador, a pesar de ser una de las más solidarias de España en donaciones.

La vida le ha cambiado a este castellonense, natural de Forcall que ahora vive en Onda, desde que el 9 de marzo le llamaron para comunicarle que los problemas de salud que arrastraba estaban a punto de poder resolverse, gracias a la generosidad de otros.

«El pasado mes de mayo me diagnosticaron de golpe una insuficiencia renal a raíz de una hipertensión que sufrí y estuve 34 días ingresado, de inmediato, me dijeron que tenían que someterme a diálisis y así he estado cerca de 10 meses», señala este paciente de 42 años, al que sus problemas de salud, de repente, le desbarataron toda su vida y también la de sus seres queridos. 

"Era mi única opción"

«Desde el primer momento me dijeron que había que trasplantar, era mi única opción, porque mis dos riñones solo funcionaban un 6%», explica a Mediterráneo, mientras se recupera de la intervención con una sonrisa y un gran ánimo. 

«He tenido mucha suerte, primero me dijeron que el trasplante, cuando llegara, me lo harían en València, pero luego me contaron que, en el General, también podría y ya me hicieron todas las pruebas para ello aquí en Castelló», indica Alberto.

Esperanza

Recuerda a la perfección el día que recibió la llamada de la esperanza. «Acababa de estar con la enfermera en el hospital para que me informara de todo el protocolo, de posibles complicaciones y me deseó suerte de poder encontrar a alguien pronto y, justo dos horas, después me llamó el doctor Ramos y me dijo que fuera al hospital, sin prisa pero sin pausa, porque podría haber alguien compatible conmigo», relata, al tiempo que señala la casualidad que supuso que justo el día de la operación la asociación de enfermos renales Alcer Castalia inaugurara una estatua en agradecimiento a los donantes.

«La suerte al receptor le llega a través de la desgracia de otra persona. Alguien que pierde la vida puede dársela a otros. Yo he pasado de ser una persona enferma a estar bien. Me ha cambiado la vida», afirma Alberto, quien, de momento, se encuentra bien, ya que el trasplante le responde, no necesita diálisis y los controles van a mejor.

Agradecimientos

Este castellonense quiere agradecer enormemente la profesionalidad y cariño de todo el equipo sanitario del Hospital General que lo ha atendido, «porque son gente maravillosa». Un reconocimiento que hace extensible a la planta de diálisis y a la unidad de Castelló a la que él acudía. De igual modo, manda un mensaje de gratitud a su familia y a sus amigos «por la fuerza y apoyo recibido», con una especial mención a su mujer. Tampoco olvida a Alcer Castalia, que trabaja por mejorar la calidad de vida de los enfermos renales.

Ahora que el Hospital General ya realiza trasplantes de riñón, la asignatura pendiente está en gestionar desde la sanidad pública las unidades de diálisis, un servicio asistencial que está en manos privadas.

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