formación obligatoria para poder ejercer en el sistema sanitario

El centenar de plazas de médicos residentes se agotan en Castellón

Un tercio de los puestos es para los centros de salud donde falta personal

Un médico mide la tensión a un paciente en la consulta.

Un médico mide la tensión a un paciente en la consulta. / L. O.

Castellón

Las más de 110 plazas para médico interno residente (MIR) que ofertaba este año el Ministerio de Sanidad en centros de salud y hospitales de la provincia de Castellón se han adjudicado, al igual que en el conjunto de la Comunitat, es decir, no han quedado puestos vacantes como ha sucedido en otras autonomías con los problemas que ello comporta a la hora de asegurar el relevo generacional.

Sin duda, uno de los principales focos estaba puesto en si había candidatos para ocupar las 35 plazas de Medicina Familiar y Comunitaria previstas este ejercicio. Finalmente, se han otorgado todas ellas, 15 de ellas en el departamento de salud de Castellón, 12 en el de la Plana y ocho en el de Vinaròs. Resulta, especialmente, importante que esta última área de salud, considerada de difícil cobertura, haya logrado candidatos para todas las plazas ofertadas.

Esta próxima semana tendrá lugar la acogida en la Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria y en los diferentes departamentos de salud. El resto de jóvenes licenciados en Medicina ocuparán diferentes especialidades en un momento donde la falta de médicos en determinados servicios, como Psiquiatría, Reumatología, Medicina de Familia, Cardiología o Anestesia, supone verdaderos problemas para garantizar una correcta y rápida asistencia sanitaria a los pacientes.

Reclamación de más plazas

Sin duda, que se hayan adjudicado todas las vacantes es relevante, pero el problema del déficit de profesionales facultativos sigue encima de la mesa. Las cerca de 110 plazas ofertadas en la provincia son prácticamente las mismas que en la pasada edición, a pesar de las continuas reclamaciones de colegios profesionales, sindicatos, universidades y sociedades científicas que llevan tiempo alertando de la urgencia de habilitar más para garantizar el relevo generacional y dar una respuesta al incremento de la demanda asistencial.

De todos modos, desde la Conselleria de Sanitat recordaron meses atrás que, en el caso de Castellón, desde el 2015 han aumentado las plazas ofertadas un 23%.

Más graduados que plazas ofertadas

En este contexto, hay que tener en cuenta que la UJI (80) y la Universidad Cardenal Herrera CEU (70) gradúan a 150 médicos cada año, pero este número no se equipara con los puestos MIR que publica el Ministerio de Sanidad. 

En España, un médico no puede ejercer si no completa el periodo de formación especializada. Los nuevos residentes entrarán esta semana, pero también acabarán su formación más de 70 jóvenes médicos que Sanitat espera poder retener para cubrir vacantes, bajas o vacaciones.

Un facultativo inglés en un centro de salud de Castelló

En los últimos años se habla de la fuga de talento, es decir, de médicos que una vez formados, con un coste cercano a los 250.000 euros para el sistema público, deciden hacer las maletas y marcharse a ejercer al extranjero en busca de mejores condiciones laborales, sobre todo, a nivel salarial y de estabilidad en los contratos. Es verdad que algunos se marcha, pero también lo es que algunos deciden venir aquí. 

Es el caso de Samuel Carey, un inglés de la zona de Windsor que llegó hace casi una década a la Comunitat para estudiar Medicina con una conocimientos básicos de castellano. Tras acabar la carrera decidió quedarse en tierras valencianas y ahora ha elegido hacer su residencia formativa en el centro de salud Rafalafena de Castelló.

Siempre tuvo claro que quería ser médico de familia, a pesar de ser una de las especialidades menos atractivas para los jóvenes facultativos que optan más por otras a nivel hospitalario. «La gente desconoce realmente lo que se hace en esta especialidad y opta por otras», explica este médico de 29 años. 

«Me gusta hacer un poco de todo, no tener siempre el mismo perfil de paciente, como sucede en un hospital, tener mi cupo de pacientes y poder ver todo tipo de patologías», señala Carey.

Para intentar captar a más facultativos para Medicina Familiar y Comunitaria, Carey considera que hay que «venderla» mejor, «porque a muchos de ellos les termina gustando cuando la conocen de cerca».

Educación sanitaria a la ciudadanía

Ante los problemas de saturación que sufren los centros de salud, este MIR considera necesario llevar a cabo una mayor educación sanitaria entre los ciudadanos, especialmente teniendo en cuenta la «explosión» que ha habido en la demanda asistencial después de la pandemia. «Se debería educar a la población sobre cuándo debe ir al médico. Nosotros en Rafalafena utilizamos las redes sociales para dar consejos prácticas de atuoeducación sanitaria», detalla Carey.

Este joven médico recuerda que el mejor tratamiento es la prevención y ante la complicada tesitura de si es mejor la sanidad pública en España o Inglaterra considera que lo es aquí.

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