Corresponsal de Prensa Ibérica en conflictos bélicos

El castellonense Ricardo Mir, en Gaza: "No hay escapatoria para la población; es una matanza»

Ricardo mir de Francia es un conocido y reputado corresponsal de guerra.

Ricardo mir de Francia es un conocido y reputado corresponsal de guerra. / Mediterráneo

Cristina Garcia

Cristina Garcia

Conocido y reconocido reportero de guerra y especialista en política internacional, Ricardo Mir de Francia (Castelló, 1976) ha escrito para el Periódico de Catalunya y el Periódico Mediterráneo el último capítulo de la guerra entre Palestina e Israel que, en sus propias palabras, «es posible que acabe en una colosal limpieza étnica». Licenciado en Periodismo por la Universitat Pompeu Fabra y con un posgrado de Derecho Internacional, Mir ha sido corresponsal en Estados Unidos durante 10 años, y otros seis en Oriente Próximo, en Jerusalén. Ha sido testigo y testimonio de las guerras del Líbano (2006), Gaza (Plomo Fundido, 2008-09), y Ucrania y Gaza durante este 2023, además de informar sobre la revolución egipcia de 2011 y estar en primera fila en las presidencias de Obama, Trump y la elección de Biden, entre otros acontecimientos del siglo XXI.

-Periodista internacional, político, de investigación... ha estado en Washington y Oriente Próximo y en numerosas zonas de guerra. ¿Dónde se desenvuelve mejor? 

Mi medio natural es la carretera, la calle, el reporterismo sobre el terreno. Es donde salen las mejores historias, cosas que nunca imaginarías, donde el periodismo más fácilmente escapa a su propia burbuja y la propaganda política para ponerse al servicio de la gente. Después me quedo con la corresponsalía, un trabajo más reposado, donde acumulas experiencias para contar e interpretar la realidad con conocimiento de causa. La redacción es lo que menos me gusta. Ya no son lo que eran. Hay poco debate, demasiada jerarquía y tiende a primar la cantidad sobre la calidad de la información que se produce.

"Sin periodistas, las guerras serían todavía más bárbaras y criminales. Eso me ayuda a hacer la maleta"

-¿Qué hace falta para ser un corresponsal de guerra y enfrentarse a esos horrores a diario?

-Sin periodistas, las guerras serían todavía más bárbaras y criminales. Eso me ayuda a hacer la maleta, pensar que aquella gente te necesita. Ayuda a darle sentido a tu trabajo. Una vez estás allí, tienes que saber buscarte la vida y calcular los riesgos. Con miedo no puedes ir, pero tampoco ignorando lo que te juegas o comportándote como un temerario. Y es importante conocer tus límites. Cuando sientes que has visto o escuchado demasiados horrores es hora de irte , antes de que mentalmente te pase factura. Y, aún así, te puede pasar.

"Los palestinos no pueden huir, no tienen refugios, ni antimisiles, nada que les proteja. E Israel no respeta ninguna ley"

-¿Qué diferencias ha visto entre las guerras de Ucrania y Gaza?

-En Gaza no hay escapatoria para la población. Los palestinos no pueden huir, no tienen refugios, ni antimisiles, nada que les proteja. Es una matanza en toda regla e Israel no respeta ninguna ley. Lo está destruyendo todo --hospitales, colegios, casas, cultos, medios de vida, patrimonio cultural-, y usa el hambre y la enfermedad para diezmar a la población. Si no es un genocidio, se le parece mucho. En Ucrania, Rusia ha cometido muchos crímenes de guerra, pero menos sistemáticos. Es un país inmenso, y vivir cerca del frente es un infierno, pero en otras regiones hay bombardeos puntuales.

-En Gaza, donde ya había estado vía Jerusalén, ¿qué ha cambiado para recruentar esta guerra hace 80 días tras 75 años?

-El ataque de Hamás del 7 de octubre no tiene precedentes. Nunca en sus 75 años de historia, Israel había recibido un golpe semejante, brutal con su población civil. Y eso ha disparado las ganas de venganza, que unidas a años de deshumanización de los palestinos, un racismo muy extendido y al gobierno más extremista en la historia del Estado judío, están dejando una respuesta devastadora. Si nadie lo para, puede que acabe en una colosal limpieza étnica.

-¿Hay algún respiro al horror cuando estás en un destino bélico? ¿Hay días buenos?

-Para mí un día bueno es cuando encuentras una historia que merecía ser contada, por horrible que sea. Un poco ingenuamente piensas que quizás sirva para que haya un poco menos de impunidad. Luego están los gestos de humanidad de la gente. Su generosidad y su valentía hasta en las circunstancias más extrema de la vidas. El solaz viene de los encuentros con compañeros. 

"Para los periodistas locales está siendo devastador. Casi un centenar han sido asesinados. Parece haber una intención deliberada para eliminar a los testigos de lo que su ejército está haciendo dentro"

- ¿Cómo es su día a día en guerra?

-Tus días son tus artículos. Vas siempre corriendo, se come poco y vives siempre con la incertidumbre de saber qué te encontrarás y si llegarás a tiempo. Israel no permite la entrada a los periodistas, y lo estamos cubriendo desde Israel y el resto de los territorios ocupados palestinos, con testimonios ciudadanos. Para los periodistas locales está siendo devastador. Casi un centenar han sido asesinados. Parece haber una intención deliberada para eliminar a los testigos de lo que su ejército está haciendo dentro. Para mí, lo único bueno de cubrir una guerra es que acabas adelgazando.

-¿Cree que en la sociedad sobreinformada y llena de ‘fake news’, el periodismo es necesario?

-Son más necesarios que nunca porque cada día hay más desinformación y fake news. Y todo se va a poner peor con la inteligencia artificial. Sin una prensa fuerte, la democracia difícilmente sobrevive. Estamos entrando en una era de desgobierno global, una suerte de ley de la jungla, con el auge del autoritarismo, el desprecio a la ley internacional y el desprestigio de EEUU y Europa, los guardianes de las reglas del juego. De ahí que el periodismo, si no lo acabamos matando, sea uno de los últimos cortafuegos frente a la barbarie.

Ricardo Mir, en la frontera.

Ricardo Mir, en la frontera. / Mediterráneo

-¿Una imagen (o varias) que le hayan impactado de estos meses?

Muchas. La entereza de un padre israelí para no dejarse consumir por el odio tras haber perdido a su niño en el ataque de Hamás y ver cómo su niña era secuestrada. La tristeza de los palestinos al ver cómo su mundo está siendo destruido. Los horrores de Bucha, contados por sus supervivientes. O la increíble valentía y profesionalidad de los periodistas de Gaza, que horas después de que Israel haya matado a sus familias o les haya herido, vuelven al trabajo para contarle al mundo lo que está pasando. 

"En la maleta, traes increíbles ejemplos de humanidad, resiliencia y lucha por la justicia que te ayudan a no perder la fe en el género humano"

-Usted que conoce bien la política americana, ¿qué piensa del papel de EEUU en esta guerra?

-Es muy lamentable. ¿Cuántos niños y civiles tienen que morir para que acepte un alto el fuego en Gaza? Son ya más de 20.000 muertos y 50.000 heridos. Biden está dilapidando la credibilidad de su país en el mundo, como hizo Bush. Pero la opinión pública está cambiando. Empieza a entender las raíces del conflicto y no acepta lo que está pasando. La suerte de Biden es que le queda un año para la reelección. Si fueran en unas semanas, posiblemente perdería ante Trump. Y Gaza sería un elemento importante para los votantes. 

-Ahora que vuelve a casa, ¿qué se lleva en la maleta y qué dejas en territorio en guerra?

-Yo creo que siempre dejas una parte de ti. Pierdes ingenuidad y te vuelves más descreído. Desconfías de la política, los intereses y el dinero. Te cuesta creer de nuevo los valores y principios que nos venden al ver tanta hipocresía, crueldad y doble rasero. Al mismo tiempo, traes increíbles ejemplos de humanidad, resiliencia y lucha por la justicia que te ayudan a no perder la fe en el género humano. 

-¿Ha venido a Castelló durante estas fiestas?

-He pasado las fiestas con la familia de mi mujer en Italia y aunque quería, al final no ha podido ser, pero tengo ganas. Echo de menos a familia y amigos. Volver ayuda a no olvidarte de quién eres.

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