El Mediterráneo supera ya la temperatura del Caribe y agrava los efectos de las DANA

Los últimos doce meses registran 19 de los 20 valores más altos en la superficie del mar de los últimos 40 años 

Las altas temperaturas de los últimos días llenaron las playas de bañistas para refrescarse.

Las altas temperaturas de los últimos días llenaron las playas de bañistas para refrescarse. / Francisco Calabuig

J. L. García

València

El Mediterráneo se ha convertido en uno de los puntos calientes del cambio climático, uno de sus síntomas más preocupantes. Esa realidad, advertida por los expertos, se traduce en registros como la temperatura del mar, disparada estos días, pero sus efectos, a su vez, se reflejan en episodios de DANA como la que han vivido las comarcas valencianas y Baleares las últimas horas.

Esta semana, el Mediterráneo ha batido el máximo de calor en dos ocasiones: 28,15º el 10 de agosto, y el día siguiente, 28,16º, según los registros del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM). Auténtico caldo. No son episodios aislados. El histórico evidencia que 19 de los 20 valores más altos desde 1982 se han dado los últimos 13 meses, desde julio de 2023. El fenómeno va más allá del verano.

Durante el 94 % de los días de 2022 la superficie marina registró temperaturas superiores a la media. Este último invierno, los valores situaron entre 1,3 º y 1,4º por encima de lo habitual, entre las mayores anomalías de la serie histórica.

Gráafico sobre la temperatura del agua en el Mediterráneo

Gráafico sobre la temperatura del agua en el Mediterráneo / Mediterráneo

Lo que se está viviendo en estos momentos son temperaturas caribeñas, confirma Samuel Biener, climatólogo de Meteored y del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. Esta semana las aguas del Caribe estaban entre los 26 y los 32 grados, en Venezuela. «Ahora seguramente se enfriará un poco en nuestra zona pero en puntos del Mar Tirreno y Adriático, la temperatura del agua oscila sobre los 30 grados, valores similares a los del Caribe. Incluso hace unos días la boya de Dragonera (Mallorca) rozó los 32º, que son valores más altos que en buena parte del mar Caribe», añade.

Tropicalización

Esta tendencia a la «tropicalización del Mediterráneo» (sobre todo en verano), se traduce en un ascenso de la temperatura en un grado y medio desde los años 80. Puede parecer poco, pero es un crecimiento importante y tiene consecuencias.

«En primer lugar, la fauna y flora local no se pueden adaptar a estos cambios tan rápidos», apunta el especialista. Esto también provoca mayor número de noches tropicales, brisas más débiles que aumentan la sensación de bochorno, y en caso de coincidir con un episodio de inestabilidad, «este mar tan caliente es gasolina de primera si coincide con una situación de vaguadas o gotas frías». «De hecho, en los últimos años la temperatura del Mediterráneo, al canalizar vientos muy húmedos y cálidos han provocado grandes episodios de tormentas en algunas zonas del sur y centro de Europa. Hay una relación bien evidente y preocupante. Por estos motivos, el Mediterráneo es uno de los puntos calientes del cambio climático», añade.

Más agua que en los huracanes

¿Pueden ir a a más las consecuencias de esa tropicalización del Mediterráneo? «La gente se sorprende pero muchas de las DANA que nos han afectado (la del 82 con la pantanada o la del 87 en la Safor) dejan bastante más lluvia que la mayoría de los grandes huracanes en el Caribe. En cuanto a los huracanes, en el Mediterráneo se pueden formar los medicanes (ciclones subtropicales), pero en nuestra cuenca, al ser más estrecha, con islas y también con la presencia cercana del Sáhara, es imposible que se den estos ciclones tropicales tan grandes como en el Caribe».

«Respecto a nosotros, la cuestión es que sufrimos más impacto por las DANA. Si estamos en un contexto en el que el mar está cada vez más caliente y hay más energía, calor y humedad disponible, vemos lo que se produce los últimos años: episodios se vuelven más extremos, frecuentes y además en épocas del año en las que hasta hace poco eran muy raros», concluye. 

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