La provincia de Castellón tiene un ‘popular’ punto negro de los rescates de montaña

El Parque Natural de las Agujas de Santa Águeda, en Benicàssim, está considerado en el sector del montañismo como un punto negro de los rescates. El pasado 11 de agosto fue el último, cuatro personas desorientadas necesitaron la ayuda de la Unidad de Rescate de Montaña (URM) de los bomberos y de un helicóptero de emergencias, se habían perdido y no tenían agua.

Este caso se suma a una larga lista de incidencias en un paraje muy popular, pero poco apto para el perfil más generalizado de senderistas que, en la provincia de Castellón, son los que están tras el 88% de las intervenciones de emergencias en este ámbito.

En Castellón no existe una estadística oficial de estos salvamentos en la que se detalle dónde se producen y quién los protagoniza. Esa fue la razón que llevó a Carlos Izquierdo, Técnico Deportivo en Montaña por la Escuela Española de Alta Montaña, a realizar en el 2023 un estudio que tituló Radiografía de los rescates en montaña en la provincia de Castellón, a partir de datos facilitados por el Consorcio Provincial de Bomberos.

Su análisis abarca desde enero del 2015 hasta mayo del 2023, y ha ganado vigencia en el último año con un repunte de los rescates en el mencionado parque natural.

39 rescates son muchos

En el periodo de su estudio, los bomberos notificaron 408 registros de rescates en Castellón y, con diferencia, de todo el territorio provincial destaca un municipio, Benicàssim, con 39. A día de hoy, la cifra habría alcanzado los 45.

Que en casi una década se hayan realizado 39 rescates en una misma zona podría considerarse poco, pero hay que tener en cuenta, por un lado, que este tipo de hechos deberían ser excepcionales, y por otro lado, que las incidencias en Benicàssim suponen el 9,5% de un relación de municipios en la que aparecen 83 más. El particular podio de los lugares con más actuaciones lo completarían Montanejos con 32 (7,84%) y Vistabella con 29 (7,11%). La mayoría del resto de localidades tiene entre 1 y 10 rescates en el mismo tiempo.

En el cronograma del aumento de las incidencias en Benicàssim hay dos momentos que marcaron un punto de inflexión significativo. En el 2020, en la pandemia, con el final del confinamiento, cuando las montañas se convirtieron en sinónimo de libertad sin masificaciones. El segundo, en el 2022, con la publicación del actor Miguel Ángel Silvestre en sus redes sociales de una espectacular fotografía suya en las Agujas de Santa Águeda, que no tardó en hacerse viral.

Tanto para Carlos Izquierdo como para Vicente Bernat, guía de montaña residente en Benicàssim, el problema surge con las personas que realizan determinadas rutas llevadas por la curiosidad o las modas, sin preparación ni conocimientos.Y las Agujas pasarían por ser en un ejemplo paradigmático.

Para los montañeros, este es un lugar de entrenamiento, pero para los senderistas «se les puede atragantar, porque tiene varios pasos muy comprometidos», expone José Manuel Zapata, himalayista y miembro de la organización de la Semana de la Montaña de Castelló.

Formación y sentido común

Bernat, motivado por esta realidad, ha elaborado una propuesta de actividad formativa, porque entiende que cualquier incursión en la montaña debe ir precedida de preparación y conocimientos, en especial en lugares como el mencionado, «que desde el punto de vista físico no es especialmente exigente, pero sí desde el técnico». 

Un resbalón allí por no llevar el calzado adecuado —la imprudencia más común—, «puede tener consecuencias muy serias», remarcan los montañeros. Lo más habitual son las personas que se pierden, porque no hay indicaciones ni una senda definida, precisamente por las singularidades de ese entorno.

«Para subir a las Agujas de Santa Águeda hacen falta planificación y formación, tener claros los horarios e ir preparado»

Vicente Bernat

— Guía de montaña

A esta circunstancia se suma la alta peligrosidad de cualquier rescate, en especial los aéreos, en este mismo lugar. Vicente Bernat, insiste, por tanto, en que a las Agujas no es recomendable ir de paseo, «hacen falta planificación y formación, tener claros los horarios e ir preparado».

El sentido común es la mejor protección, pero los hechos llevan a estos tres expertos a coincidir en la idea de que, lo más urgente, sería advertir con señales de los riesgos reales, «advertir y educar», remarcan.