Compromís vincula a la financiación su apoyo a las cuentas del Gobierno

Joan Baldoví presiona al Ejecutivo y amaga con desmarcarse de Sumar sin un fondo de nivelación

El síndic de Compromís, Joan Baldoví, atiende a los medios de comunicación en el grupo de les Corts.

El síndic de Compromís, Joan Baldoví, atiende a los medios de comunicación en el grupo de les Corts. / Biel Aliño/EFE

DIEGO AITOR SAN JOSÉ

El Gobierno de España mostró el martes tras el primer Consejo de Ministros del curso político su intención de presentar los presupuestos para el próximo año y un día después, Compromís le pasó el precio para lograr el apoyo de sus dos diputados y acercarse a los 176 necesarios. Lo hizo el síndic de los valencianistas, Joan Baldoví, quien ha condicionado el sí de su formación no solo a las nuevas cuentas sino a una hipotética reforma del modelo de financiación en Cataluña, asunto clave para la estabilidad de la legislatura, a que haya un fondo de nivelación para la Comunitat Valenciana

«Es sin duda una exigencia», expresó Baldoví sobre la necesidad de que en las cuentas haya una partida de entre 1.200 y 1.700 millones (las cifras que manejan los expertos) de transferencia a la Generalitat para paliar la infrafinanciación. «Se ha de abordar de una vez por todas», remarcó el síndic quien aseguró que en la formación valencianista no están «concernidos a votar a favor» de los Presupuestos, señalando que incluso podrían desmarcarse de sus socios de Sumar. «Nos debemos a los votantes valencianos», justificó.  

La reivindicación no es del todo nueva ya que el fondo de nivelación formaba parte de las peticiones que los valencianistas habían situado para aprobar los Presupuestos Generales del Estado de 2024. Sin embargo, la convocatoria electoral en Cataluña evitaron su debate y prorrogaron las cuentas de 2023, aún en vigor, lo que esquivó la cuestión de la que hasta el momento el Ministerio de Hacienda, con María Jesús Montero al frente, no se ha mostrado del todo favorable. 

Sin embargo, la intención del Ejecutivo central de llevar al Congreso unas nuevas pese a la situación de debilidad parlamentaria abre una nueva ventana de oportunidad, a lo que se añade la necesidad de reformar el sistema para dar encaje al pacto entre el PSC y ERC. De hecho, Baldoví advirtió que no votará ninguna «singularidad» catalana si no se incluye la cuestión valenciana. «En política a veces ser optimista o pesimista es vertiginoso», indicó el portavoz valencianista que negó que todavía haya habido contactos.

 Fuentes de la formación admiten en privado que será difícil porque la situación es «compleja», pero señalan que hay «posibilidades» y a ellas se aferran. De momento, agregan, las primeras conversaciones han sido dentro del grupo parlamentario de Sumar y en septiembre se iniciarán las negociaciones con la parte socialista, la que lleva las áreas hacia las que apunta Compromís.  

Cercanías y cultura

Porque además de la financiación, donde Hacienda será la encargada, los valencianistas se han fijado otros objetivos. Fuentes de la coalición detallan que otra de las prioridades será la política social y, en concreto, la vivienda, que la señalan como parte de la agenda valenciana al considerar que es una problemática que en la Comunitat Valenciana tiene especial impacto. Sobre esta, las peticiones se centran en ampliar la promoción de vivienda pública, las ayudas al alquiler y poner coto sobre los apartamentos turísticos, que presionan al auge el precio del mercado en las zonas más visitadas. 

A ello se añaden cuestiones sobre las inversiones en infraestructuras, con el objetivo de que el reparto quede por encima del 11 % que representa el territorio valenciano en población. El refuerzo de las Cercanías, la conexión ferroviaria al aeropuerto de Alicante o la conexión entre Sagunt y Zaragoza (además del siempre citado corredor mediterráneo) entran en este punto donde habría que sumar un impulso a la industria con la cerámica como sector central. Asimismo, también ponen en el foco partidas culturales y de diversidad lingüística para hacer frente a la «desfeta» del Consell

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