Desesperación de unos padres en Almassora

Una niña lleva cinco meses esperando la dependencia tras sufrir un ictus

Lara, de 4 años, tiene parálisis cerebral, visión reducida y una discapacidad del 70%

Su caso es único en toda la provincia de Castellón

Lara, en los brazos de su padre, Roberto, mientras su madre, María Teresa, le acaricia el pelo.

Lara, en los brazos de su padre, Roberto, mientras su madre, María Teresa, le acaricia el pelo. / P. R. O.

Pablo Ramón Ochoa

Pablo Ramón Ochoa

Castellón

Una familia de Almassora reclama a la Conselleria de Servicios Sociales, que preside Susana Camarero, que resuelva cuanto antes la ayuda a la Dependencia para su hija Lara, que presenta una discapacidad del 70% a sus cuatro años. Lara sufrió hace dos años un ictus que derivó en episodios de epilepsia y una pérdida de visión considerable. En la actualidad, la mitad del cerebro de Lara que quedó dañada en el ictus no funciona.

La niña tiene grandes dificultades de habla, solo puede caminar con un andador, su campo de visión está muy reducido y presenta un déficit cognitivo que debe superar con mucha rehabilitación. Sus padres, Roberto de los Rosales y María Teresa Morales, han dejado de trabajar para poder cuidar de su hija, que no ha recibido aún esa ayuda clave por parte de la Generalitat.

Papeleo infinito

¿La gota que ha colmado el vaso de la paciencia después de meses de espera? «Ahora, después de un montón de papeleo que ya hemos hecho, nos han pedido que les mandemos una fotocopia del DNI de los cuidadores de Lara, que somos nosotros, y nuestro DNI ya lo tenían de antes», se desespera María Teresa, que abre las puertas de su vivienda a Mediterráneo.

La burocracia, que a la familia le parece interminable, mina la economía familiar de estos almassorins, quienes tienen otro hijo de nueve años, Leo. «Estamos tirando de ahorros y de la familia, pero nos gastamos más de 1.400 euros al mes en todo lo relacionado con Lara», cuenta Roberto. De Generalitat sí reciben la parte de la ayuda relativa a los cuidados, que son 455 euros al mes. Ahora han creado la Fundación Lara de los Rosales Morales para que, quien quiera, aporte un euro al mes. Mediante esa vía, consiguen unos 160 euros extra mensuales, a lo que se suma el pequeño aporte que tienen de la ONCE y la ayuda por discapacidad estatal, que son 1.000 euros anuales (83 euros al mes).

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Unos 700 euros al mes

Pero todo eso, aseguran, es insuficiente si la conselleria no da luz verde a lo que le corresponde a Lara, que son unos 700 euros al mes destinados a la rehabilitación.

Desde que se terminaron las incompatibilidades legales para pedir este aporte, en junio, ya han pasado casi cinco meses sin una resolución que necesitan ya. «Y solamente nos piden cosas y más cosas», se queja María Teresa. Incluso cuando esté concedida, estos padres aún tendrán que afrontar 700 euros al mes de su bolsillo. «Pero si no la tenemos, no sé cómo vamos a poder seguir pagando la hipoteca», lamenta Roberto.

Su vida dio un giro radical

Lara crecía de manera normal cuando le sobrevino el ictus. «En Castellón, los médicos nos dicen que no han conocido otro caso reciente que sea igual que el de ella», afirma Roberto. El ictus fue culpa de una malformación indetectable que no avisa. «Le podría haber pasado de noche y Lara habría muerto, pero le pasó a mediodía», cuenta Roberto. La verdad sea dicha, Lara sí que estuvo muerta. «Se murió en mis brazos, no sabía qué era lo que estaba pasando, pero los médicos del SAMU la reanimaron y luego la pudieron operar en Castelló y València», dice Roberto, quien en la entrevista también tiene a Lara en brazos, viva y con esperanza, tras una nueva operación.

Esta última intervención fue en el Hospital Sant Joan de Déu, en Barcelona, hace diez días, para evitar que el daño cerebral se extendiera al hemisferio sano. Para ello, le cortaron por completo y para siempre las conexiones entre ambos hemisferios.

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