Los inmigrantes sí apuestan por negocios de toda la vida: copan las aperturas de bares y tiendas en Castellón
Mientras los nuevos autónomos de Castellón dan la espalda a sectores como el comercio, la hostelería o la construcción, los extranjeros se hacen fuertes en estos sectores

Un autónomo de origen pakistaní en la frutería de su propiedad en Castelló. / Manolo Nebot
José Luis Ribelles y Pilar Eixea bajaron hace tan solo tres semanas la persiana de la panadería que han regentado y en la que han trabajado durante décadas en Vila-real. No han encontrado relevo y el horno Ribelles, ubicado en el número 24 de la calle Josep Nebot, se ha unido así a la larguísima lista de obradores que en los últimos años han cerrado sus puertas en la provincia por la jubilación de sus propietarios. A Primi Gavara, que está al frente del kiosco Colón de Nules, le sucederá algo muy similar. El día que le llegue el retiro, el negocio que ha levantado con tanto esfuerzo desaparecerá para siempre. Otro ejemplo de falta de relevo.
Oficios como el de panadero, comerciante, modista, zapatero, fontanero o mecánico pierden profesionales por cuenta propia a toda velocidad (la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos, Upta, calcula que en los tres años se jubilarán en Castellón 8.900 autoempleados), pero hay un colectivo que sí mira a estos sectores. Se trata de los inmigrantes, que en la provincia copan las aperturas de bares y restaurantes, fruterías, puestos de venta de ropa y complementos o negocios relacionados con la construcción.
Los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social son reveladores. Durante el 2024 se dieron de alta como autónomos en Castellón 781 profesionales extranjeros, es decir, una media de dos al día. Pero lo significativo, más allá de que la cifra de autoempleados que han nacido fuera de España ya asciende a 6.930, es el tipo de negocios por el que ha apostado este colectivo y que es diferente al que eligen los autónomos españoles.
Mientras que los sectores que copan las nuevas aperturas son los más cualificados (las actividades profesionales, científicas y técnicas son, junto a la rama sanitaria y la educación, las preferidas por los nuevos autoempleados), los inmigrantes se decantan mayoritariamente por comercio, hostelería, construcción o transporte. «El impacto de los autónomos extranjeros se refleja principalmente en unos sectores que actualmente están en declive. Gracias a estos profesionales que provienen de fuera de España muchas de estas actividades económicas tradicionales pueden continuar», asegura Eduardo Abad, presidente de Upta.
Altas en comercio
Pese a que las cifras demuestran que el pequeño comercio hace años que está en decadencia (en los últimos diez años la cifra de autónomos ha caído en la provincia en 1.364), los extranjeros continúan apostando por ponerse detrás de un mostrador. De hecho, durante el año pasado los extranjeros afiliados al RETA de este sector (incluye también talleres de reparación) aumentaron en 114, al pasar de 1.570 a 16.84.
Con la hostelería y la construcción ocurre exactamente lo mismo. Durante el año pasado 104 profesionales nacidos fuera de España abrieron un bar o un restaurante en la provincia (muchas localidades del interior mantienen su bar abierto gracias a la mano de obra foránea) y otros 127 apostaron por abrir un negocio relacionado con el sector del ladrillo, una actividad que engloba a profesionales como albañiles, electricistas, fontaneros o encofradores.
Ionut Vasile es uno de los algo más de un millar de extranjeros que en Castellón se dedican a la construcción como autónomo. Lleva en el sector casi veinte años y hace tres que su hijo también se afilió al RETA. «En nuestra actividad si se tienen ganas y se es profesional puedes llegar a ganarte bien la vida, aunque cuesta que la gente joven entre a trabajar. La mayoría prefiere la fábrica», dice.
Minoría de abogados, ‘fisios’...
Si comercio, hostelería y transporte concentran buena parte de las altas de autónomos extranjeros, este colectivo todavía es una clara minoría en el sector de las actividades profesionales, científicas y técnicas, y que incluye perfiles como abogados, gestores, diseñadores, arquitectos, ingenieros fotógrafos o veterinarios. Esta rama emplea en Castellón a 3.729 profesionales por cuenta propia, pero solo 240 son extranjeros.
Independientemente del sector en el que invierten, lo que está claro es el papel que desempeñan los inmigrantes en el mercado laboral «Su contribución es clave en la dinamización de la economía. Los autónomos extranjeros están aquí para enriquecernos cultural y económicamente, y en su mayoría lo hacen en busca de una vida mejor», dice el presidente de Upta.
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