Alcossebre: de paraíso inmobiliario británico a refugio belga

Del ‘boom’ de los británicos que adquirieron su segunda vivienda antes del Brexit, el núcleo costero de Alcalà de Xivert ha sido el favorito también de alemanes, franceses y, actualmente, de Bélgica, con gran impacto desde la nueva conexión con Bruselas, que se reforzará este mes de marzo

Una de las calas que puedes encontrar en la playa de Alcossebre.

Una de las calas que puedes encontrar en la playa de Alcossebre. / Mediterráneo

Castellón

Alcossebre, uno de los destinos turísticos de Castellón con más vocación internacional y una importante colonia británica antes del Brexit,  atraviesa un momento clave en su mercado inmobiliario. Si bien el interés por adquirir vivienda en esta zona sigue al alza, el perfil del comprador ha cambiado y se suma un nuevo desafío, común a todo el litoral: la falta de viviendas a la venta en un sector que vivió en 2024 «su mejor año en transacciones en dos décadas». Así lo expresa Francis Albert, jefe de ventas de Albert Villas, con oficinas en Alcossebre, quien recuerda cómo «el Brexit se ha notado y los ingleses no compran, al contrario, están vendiendo».

Inmobiliaria en Alcossebre.

Inmobiliaria en Alcossebre. / Mediterráneo

Comenta que «tras el boom de los alemanes en los años 90; los ingleses desde los 70 y repuntando en el 2000; en 2020 empezó a notarse un crecimiento notable de franceses que adquirían su vivienda vacacional; y ahora, por este orden, son los belgas, franceses y holandeses». Opina que podría estar influenciado por el vuelo directo entre Castellón y Bruselas, que además a partir de este marzo se refuerza.

«Lo que pasa ahora es que la demanda de inmuebles triplica a la oferta disponible y apenas sale obra nueva»

Nuevo perfil de comprador

El perfil del comprador también ha evolucionado. «La mitad es español y ahora es funcionario próximo a la jubilación cuando antes era común que los autónomos adquirieran una segunda residencia en la playa, pero ese tipo de cliente ha ido desapareciendo». ¿Y el de otros países? «Pues suele tener entre 50 y 60 años, próximo a la jubilación y busca una vivienda con vistas al futuro: disfrutarla durante las vacaciones y, una vez jubilados, pasar largas temporadas en la costa castellonense. Sus presupuestos rondan los 150.000 y 200.000 euros, y la mayoría no necesita hipoteca aunque algunos han precisado alguna pequeña, del 30% del valor, y han tenido problemas con el banco, que les ofrecía un préstamo personal pero no hipoteca».

Cambia el escenario fiscal

La creciente fiscalidad es otro hándicap. «Se sorprenden que los impuestos en España sean tan altos para la vivienda, a diferencia de otros países europeos, donde la compraventa es más ágil y menos costosa. Van al ayuntamiento a formalizar el cambio de titularidad en lugar de duplicar en Registro y Notaría», expresa.

«El comprador extranjero, de 50 a 60 años, busca su retiro; y el español es funcionario»

Persiste el interés

El auge de la demanda choca con la escasez de viviendas en venta. Según Albert, «tenemos el triple de clientes que quieren adquirir que viviendas disponibles». La oferta es tan reducida que las pocas propiedades que salen al mercado se están vendiendo un 10 o 15% más caras que hace un año. Otro inconveniente es la relación calidad-precio: «Las pocas a la venta son antiguas y tienen precios elevados, en torno a 220.000 euros. Con ese presupuesto, podrían optar por obra nueva, pero no hay; apenas se ha construido desde 2007 dos edificios, de 60 y 50 viviendas, y una promoción de adosados adquirida por jóvenes locales».  

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