Un exalcohólico de Castellón: «Si no reconoces tu problema con la bebida no puedes salir de él»

Julio, nombre ficticio de un miembro de Alcohólicos Anónimos de Castellón, comparte su experiencia con la bebida

Vídeo: Testimonios de Alcohólicos Anónimos Castellón

Gabriel Utiel

Castellón

El alcohol llegó pronto a la vida de Julio. «Empecé a beber con 12 años, en las décadas de los 60 y 70 desarrollé una afición alcohólica, casi toda la gente con la que me relacionaba tenía que ver con la bebida, que se convirtió en la poción mágica para vencer mis miedos e inseguridades».

Y así, un día, «descubrí que tenía un trastorno grave cuando quise dejar de beber y vi que no podía, que bioquímicamente necesitaba el alcohol para relacionarme, para hablar con la gente».

Bucle alcohólico

Julio define aquella época como «vida ingobernable, ves que no hay nadie al timón salvo el alcohol, y eso te crea vergüenza y culpa, de modo que entras en un bucle en el que bebes para olvidar esos sentimientos».

Alcohólicos Anónimos (AA) acabó siendo su tabla de salvación. «Quise poner remedio a todo aquello y utilicé todos los recursos a mi alcance, pero siempre acababa volviendo a beber. Cuando llegué a AA tenía 35 años y mi vida estaba deshecha, no tenía familia, ni dinero, ni trabajo y muchos de mis amigos estaban en la misma situación o habían muerto. No sabía por donde empezar y en AA me dijeron que lo primero era admitir que tenía una enfermedad». 

Negacionismo

Julio tiene claro que ese es el paso clave para dejar el alcohol. «La máxima del alcohólico es la negación, yo no bebo tanto, y si no reconoces que tienes un problema y que causas dolor a tu entorno, es casi imposible convencer a alguien de que se está matando. Una vez que se convence, la pregunta es: ¿quieres vivir?».

Recalca que el alcoholismo «es una enfermedad progresiva y fatal si no se detiene, AA es la última línea de defensa de un alcohólico en activo, porque si sigue bebiendo se va a morir, o se volverá loco o tendrá tantos problemas que querrá estar muerto».

Plazo: 24 horas

En AA se basan en un programa de 24 horas. «Nadie puede prometer que va a dejar de beber para siempre, nos fijamos periodos de 24 horas, e incluso al principio solo dos horas, lo que dura una reunión para calmar la ansiedad que crea la adicción».

Julio destaca además «el compañerismo que encontré en AA, allí conocí a seres humanos deshechos como yo pero que habían recuperado su vida, eso me hizo ver que estaba en el lugar adecuado, donde dejé de beber y recuperé la dignidad y el respeto por mí mismo, un amor propio que hace que defienda mi sobriedad como algo muy valioso». 

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